Tras ser nombrado Premio a la Música Presidente de la República, el poeta y cantautor chileno Mauricio Redolés retorna a los escenarios acompañado de una verdadera orquesta, con set de bronces, coros y una decena de músicos involucrados. Por estos días, a su vez, afina los últimos detalles de un cancionero para guitarra que recoge parte de su obra, y también un nuevo disco de estudio que ya adelantó su primer sencillo: "Pingüina rebelde", canción donde Redolés comparte su lectura del estallido social y el triunfo del Rechazo en septiembre pasado.

(P): ¿Cómo surgió la idea de lanzar un cancionero?

(R): Es un cancionero con los acordes de guitarra dibujados, y las indicaciones de dónde va cada uno de ellos. Como El Musiquero, La Bicicleta, la revista Ritmo, que es la usanza donde miles de jóvenes aprendimos a tocar guitarra. Yo aprendí a tocar guitarra mirando los acordes de una revista. Toda mi enseñanza de guitarra fueron aproximadamente 20 minutos que me dio un amigo el año 72, en enero, cuando estuvimos guitarreando en una casa en Quinta Normal. “Yo no sé”, le dije… “Este es Re, este es La7, este es Sol. Con estos puedes tocar millones de canciones”, me respondió. Mi amigo se llamaba Luis Tapia Lattapiat, y falleció de un ataque al corazón años atrás. Esa fue toda mi academia. Por eso hay gente que puede enojarse con este premio Presidente de la República.

(P): ¿Esperaba algún día recibir este premio? ¿Fue una sorpresa para usted?

(R): Fue una sorpresa, no tenía idea que me lo entregarían. Me llamaron, me contaron y quedé plop. Quedé feliz e intrigado, porque qué bueno que se fijaron en mi trabajo. Hay otro premio, que vengo recibiendo hace mucho tiempo, y es el que me da la gente en la calle, que vengo recibiendo en recitales, en las peñas, en las micros, en el Metro. El disco “Cachai Reolé?” (2008) viene de unos chicos, de unos pingüinos que me pararon en el Metro y me pidieron un autógrafo. Uno de ellos le dijo al otro: ¿cachai Reolé? Ese es un premio invaluable, sin despreciar este premio Presidente de la República, pero qué bueno que se hayan fijado en alguien que no viene del mainstream, que es transversal generacionalmente. Va gente de todas las edades a mis recitales, hasta niños.

(P): ¿Se considera valorado por el “establishment cultural chileno”?

(R) Algunas veces ni siguieran me contestan los correos. Me ocurrió hace poco con la encargada de la Sala Matta en Buenos Aires, Patricia Águila, a quien le escribí dos correos pidiéndole la posibilidad de actuar en la Sala Matta, de forma gratuita, para los chilenos que viven en Buenos Aires; yo ya he estado allá. La Sala Matta, que es de la embajada chilena para mostrar el arte chileno. Y la señorita Águila no me respondió ningún correo. Ese ninguneo no te digo que sea habitual, pero existe, es parte del paisaje no más; del paisaje cultural chileno. Espero que ella se entere de que recibí este premio, y que se abra la sala para tocar en Buenos Aires.

Mauricio Redolés dedica canción al estallido y al triunfo del Rechazo "Esto tiene que cambiar luego"
Cedida

“Hay seguidores míos en todas partes, lo que para mí es parte del trabajo. Uno ha llegado mucho más allá de lo que se pudiese creer. Hace unos años, en La Segunda, venía un artículo muy lindo, muy tierno. Que decía que en un Parque de Alemania se había tirado en el césped y se había puesto a cantar “Epitafio” con su hijo chico, y que había pasado un alemán que no había entendido nada de la canción, pero que le dijo: ¿es un himno fúnebre? Qué bello eso… El señor que escribía esa columna decía “Redolés es universal, Redolés está globalizado”. Que un columnista diga eso en un diario de derecha, significa que uno llega mucho más allá de lo que cree, mucho más allá de las compañeras y compañeros. Uno no trabaja para la gente de su color político, uno trabaja para la humanidad. No es que uno escriba para los convencidos de las ideas de uno, uno abre su ventana para el planeta.

(P): Usted es vecino del presidente Gabriel Boric. ¿Ha cambiado el barrio Yungay tras su arribo?

(R): Lamentablemente la delincuencia sigue, a pesar de que hay más vigilancia, no se puede negar eso. Justamente debido a la vigilancia, hace dos o tres semanas atrás, en la esquina de Santo Domingo con Bulnes, a unas 6 cuadras del presidente Boric, y unas dos cuadras de mi casa, dos transeúntes, a las 6 de la tarde, detienen un automóvil, se acercan al chofer y lo apuñalan, sin decir nada. No tengo la certeza de que esa persona murió. Y justamente había un radiopatrulla en ronda preventiva, y detuvieron a el y la criminal. Eso ocurrió hace 6 semanas. Es un barrio donde hay mucha delincuencia, como en todo Santiago, como en todo Chile. ¿Ha cambiado en algo? Bueno, ya no se puede transitar libremente por Huérfanos entre (calles) Libertad y Esperanza (donde vive Gabriel Boric). Es curioso que el presidente “esté Huérfano entre la Libertad y la Esperanza” (ríe). Espero que tengamos la libertad suficiente para tener la esperanza de no ser tan huérfanos, diría yo.

(P): Publicó días atrás “Pingüina rebelde”, el primer adelanto de su nuevo disco (“Pingüina rebelde y otras verdades”). Allí se refiere al estallido social de octubre de 2019, en una canción que comienza festiva y lúdica, pero que termina de golpe con una atmósfera entre inquietante y apocalíptica. ¿Qué cree que ocurrió en ese periodo?

(R): Es una canción/crónica periodística, he invito a todos a escucharla. Habla de un momento de fiesta, de alegría, pero después se impone el poder, cae la noche del poder sobre la gente y se vuelve al país de siempre, denostando este momento fulgurante, alegre, consciente, lúcido que tuvo el pueblo y la gente. Y luego transformándolo por los medios de comunicación en una desgracia, en el accionar del lumpen, y de infiltrados en el movimiento popular que quemaron iglesias, edificios; eso no lo hizo el pueblo, te lo doy por firmado. ¿Quiénes quemaron? Está el libro de Josefa Barraza, “Los Intramarchas: Cómo el poder se infiltró en el estallido social”, editado por Lom…

Volviendo a la canción, el tono festivo se transforma. Cae la noche al estilo Carlos Pinto, y aparezco yo diciendo “nada hacía presagiar”, y hago dos citas de dos poemas. Uno del poeta popular chileno Andrés Rivadeneira, que escribió el poema “Y con brotes de mi siembra”, que hablaba de una fiesta que terminaba en tragedia: “nada hacía presagiar que una fiesta batida en risas iba a cuajarse en tragedia”, decía. Y después cito la “Fiesta” de Joan Manuel Serrat: “Se despertó el bien y el mal / La zorra pobre al portal / La zorra rica al rosal / Y el avaro a las divisas”, para decir que todo vuelve a la normalidad (…). Pero la canción termina con una visión esperanzadora. Esto no ha muerto, no queda acá en la constitución de Elizalde y Mirosevic. Esto tiene que cambiar y cambiar luego, no podemos esperar a “despertar” en 50 años más.

(P): La canción pone en primer lugar la imagen de la escolar saltando el torniquete del metro.

(R): No hay que olvidar esto: el estallido social partió con las mujeres, y eso no es casual. Eso habla de la voluntad del 50% de la población de no aceptar este capitalismo de despojo, de no ser mandoneados como esclavos. Y en segundo lugar eran mujeres jóvenes. Las que iniciaron esta pelea fueron niñas, no fueron hombres, no fueron niños. A ellas se sumaron los niños, los obreros, eso lo cuento en la canción. Entonces siempre en la historia de Chile va a haber una niña saltando un torniquete, y eso también pasó en la dictadura.

(P): ¿Cuál es su lectura sobre el triunfo del Rechazo en las elecciones de septiembre pasado?

(R): Sin paternalismos, sin mirar en menos a nuestro pueblo, debo decir que tenemos poca educación política. Los 17 años de dictadura no fueron en vano. Y en eso está mucha gente. Lo nuestro no está en ideologizar, sino en hacer que la gente se informe más, piense más, estudie más cada situación. Pero ese es un camino largo, y muchos reaccionan con cierta ingenuidad ante las campañas arrolladoras de la derecha… Tenemos mucho que aprender. En los sectores donde no hay agua, en La Ligua, en Salamanca, ganó el Rechazo, ganaron los que tienen a la gente sin agua. Entonces el poder que tuvo la derecha en medios, en redes sociales, fue mayor, y eso explica, en mi parecer, el triunfo del Rechazo.

(P): ¿Cómo sonará y cuáles son las influencias del nuevo disco que está grabando?

(R): Tenemos algunos poemas de Roque Dalton, gran poeta salvadoreño, un compañero de este lado de la vida, de la izquierda, asesinado por traidores al movimiento de izquierda en El Salvador. Queremos hacer una transmisión hacia El Salvador con estas canciones de Roque Dalton. Queremos, también, hacer una versión en portugués de una canción de mi segundo disco, que se llama “Esta ciudad”, así como la versión de “El espejo” que hicimos en “Quiero seguir continuando (2020). Estanos reversionando el tema “El Finao”, del disco “Cachai Reolé”, que habla del presidente Allende, eso para estos 50 años (del golpe de Estado). No hemos pensado en hacer covers, pero se me abre el apetito. Pero no quiero seguir haciendo spoilers.