El cantante recordó uno de los momentos más complejos de su carrera. También se refirió a sus intenciones iniciales de convertirse en sacerdote.

Durante la década de los noventa, una extraña enfermedad en su garganta amenazó al celebre compositor estadounidense Lionel Richie con quitarle la voz.

Así lo recordó en una reciente entrevista con la revista People, donde confesó que la crítica situación por poco le causó un “ataque de nervios”.

El músico fue diagnosticado con reflujo ácido, cuadro que lo llevó a ser operado en cuatro ocasiones. “No quieres que nadie haga el tonto ahí abajo. Esa es tu identidad”, comentó el cantante, quien pensó que perdería su instrumento de trabajo.

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La situación complicó a Richie en diversos planos, y coincidió con la separación de su primera esposa, Brenda Harvey. Un cúmulo de problemas que se tradujo pronto en uno de los momentos más difíciles de su carrera.

De acuerdo a su relato, fue una conversación con un fan anciano en una playa jamaiquina lo que lo reanimó para seguir adelante y retomar su actividad.

“Él me dijo: ‘Debes sobrevivir porque eres nuestro faro de esperanza"”, rememoró el autor. “’Si lo logras, sabremos que podemos lograrlo. Si lo logras, sabremos que podemos lograrlo’. Estaba llorando”, dijo.

En el mismo diálogo con People, Lionel aseguró que estuvo a punto de convertirse en sacerdote antes de encontrar la fama con The Commodores.

“Dejé la casa de mi mamá y mi papá para ir a la universidad, y allí conocí a mis amigos Commodores. En ese momento estaba considerando seriamente ser un sacerdote episcopal”, aseguró.

Según recuerdos del propio músico, al constatar la reacción que generaba la banda en las mujeres, sus intenciones episcopales se desvanecieron rápidamente.

“La primera vez que toqué con los Commodores, un grupo de chicas gritaba mucho. Hasta ese momento, nadie, ninguna chica, me había gritado nunca. Jugué en el equipo de tenis y nunca una chica me gritó. Fue justo después de eso que me dije a mí mismo: ‘No creo que sea útil como sacerdote"”, contó Lionel Richie.