Por Cristián Verscheure
Claudio Gudmani, licenciado en Arte de la Pontificia Universidad Católica, profesor y pintor, da cuenta en su segunda novela “El Otro” (RIL Editores, 2017) de la mezcla de una serie de cuestionamientos de la vida diaria, con una intrincada historia en la que el suspenso, el crimen y el misterio juegan un lugar más que destacado en la narración de los acontecimientos.
“El Otro” comienza con el contemplativo relato de la vida de Simón Fishman, un escritor sin fama que busca de una manera casi enfermiza encontrar al amor de su vida, luego de un matrimonio fracasado, una nula relación con sus hijos y una existencia cotidiana monótona y solitaria.
Bajo esta premisa, Gudmani, narra en primera persona, ciertas disquisiciones sobre la rutina -tanto de hombres y mujeres- sus secretos y los vericuetos existentes en sus relaciones sentimentales, interpelando, de manera casi enfermiza a un posible lector. Es en este formato, en que el autor va construyendo su obra, con pasajes plenamente logrados, mientras que en otros, es el tedio el que se apodera de la manera en la que Fishman va enfrentando su vida.
Es bajo este “pasar de la existencia” en el que poco a poco la apacible vida del escritor -centrada básicamente en él y en sus deseos más primarios- se ve sacudida por una serie de crímenes que afectan a personas que se relacionan a su entorno inmediato; su mejor amiga, su amante ocasional, un profesor bisexual de un antiguo taller literario y una vecina en una playa de la Costa Central donde circunstancialmente el protagonista principal pasa unos días, lejos de las investigaciones de los primeros crímenes.
Es este segundo tiempo de “El Otro“, sin lugar a dudas, una historia interesante, atrayente, que invita al lector a sumergirse en el suspenso y a hilvanar sus propias conjeturas respecto al destino de los fallecidos, para llegar así a un final un tanto inesperado, respecto al curso de los acontecimientos. Y es este quizás el mayor mérito de la novela.
Sin embargo, el relato adolece de dos problemas. En primer lugar, la narración durante toda la obra, carece de la fuerza necesaria para convencer, de la situación y la evolución de Simón Fishman, quien durante el transcurso de los hechos no hace más que actuar como un adolescente, el cual no deja de mirarse el ombligo. Y eso resulta patente en la medida en que la gravedad de los crímenes se tomando casi la totalidad del texto.
En segundo lugar y derivado de lo anterior, esa búsqueda de la mujer indicada -a través del diálogo intermitente con él lector (o lectora)- paulatinamente le va restando atractivo a la historia antes mencionada, ya que a medida que se van abordando las distintas relaciones entre los protagonistas con las víctimas, aparecen de la nada las reflexiones de Simón, que no hacen más que distraer la que pudiera ser una lectura mucho más ágil y enfocada en los asesinatos.
Mención aparte merece el trabajo, un tanto descuidado, de RIL Editores, que da cuenta de errores impresentables a la hora de editar un texto, sean estos faltas de ortografía y motes, que atentan contra el trabajo realizado por el escritor y la propuesta final de la obra.
En resumen, nos encontramos con dos historias; la más atractiva, de una serie de crímenes con un tinglado bien armado, que paulatinamente va perdiendo fuerza bajo la segunda; los devaneos existenciales amorosos, adolescentes y tardíos de Simón Fishman.
“El Otro”
Claudio Gudmani
RIL Editores
2017
ISB: 9789560104236