El papa Francisco consideró este lunes que la dimisión del arzobispo de Lyon, el cardenal Philippe Barbarin, investigado por ausencia de denuncia en un caso de pederastia en su diócesis, sería un “contrasentido” hasta que no acabe el proceso judicial.
“Sería una imprudencia. Ya se verá cuando concluya el juicio, pero hacerlo ahora sería declararse culpable”, señala el pontífice en el diario La Croix. El papa cree que, según los elementos de los que dispone, Barbarin “tomó las medidas necesarias y se hizo buen cargo del asunto”.
“Es un valiente, un creativo, un misionero. Debemos esperar ahora la continuación del proceso ante la justicia civil”, indicó en esa entrevista, donde subrayó también que debe haber “tolerancia cero” ante casos de abuso y que ese tipo de delitos no deben prescribir.
En la diócesis lyonesa se ha acusado a un cura de haber abusado hace 25 años de menores “scouts” y los investigadores tratan de determinar si el cardenal estuvo al corriente de esos hechos, algo que él niega.
Pese a todo, Barbarin reconoció en abril que en esa diócesis se cometieron “errores” en materia de lucha contra la pederastia y en la designación de algunos sacerdotes y, en un intento por lavar esa imagen, avanzó el establecimiento de “nuevos criterios para las futuras designaciones”, que entrarán en vigor en septiembre.