El telescopio espacial Kepler, que tiene por misión la búsqueda de exoplanetas, ha logrado registrar por primera vez una supernova, en longitudes de onda óptica o en luz visible.

Los astrónomos llaman a este hecho “onda de choque”, el que en el caso registrado duró apenas 20 minutos, lo que hace pensar que es todo un hito para la Astronomía.

Fue un equipo científico de la Universidad de Notre Dame (EE.UU.) que analizó la luz captada por Kepler cada 30 minutos durante un período de tres años en 500 galaxias distantes, buscando unos 50 billones de estrellas, señala la NASA.

El plan era hallar explosiones estelares conocidas como supernovas. Fue así como en 2011 dos de estas estrellas masivas, llamadas rojas supergigantes, explotaron mientras eran observadas por Kepler.

Peter Garnavich, profesor de astrofísica de la Universidad de Notre Dame y líder del equipo internacional, explicó que ante la imposibilidad de saber cuándo se generará una supernova, se debe mantener una vista fija de parte de Kepler.

Lo observado corresponde a la explosión de KSN 2011d, una estrella 500 veces el tamaño del Sol y ubicada a 1,2 millones de años luz de distancia. La otra registrada es de la KSN 2011a, de casi 300 veces el tamaño de nuestro Sol y a 700 millones de años luz de la Tierra.

La animación, basada en observaciones fotométricas de Kepler, muestra el impresionante destello que genera la supernova, causada cuando el horno interno de una estrella agota su combustible nuclear y provoca que su núcleo colapse por efecto de la gravedad.

Es así como se puede ver “chorros de plasma” escapando y generando lo que parecieran ser dedos, que atraviesan la superficie visible de la estrella. La energía viaja desde el núcleo y alcanza las superficies con un estallido de luz que es 130 millones de veces más brillante que el Sol.

Mira la explosión explosión estelar de KSN 2011d.