Antonio Fica Flores era parte de un grupo de mochileros chilenos que estuvo junto a las dos jóvenes argentinas asesinadas en Ecuador, días antes del crimen ocurrido el pasado fin de semana en el balneario de Montañita. Se separaron dos días antes de la tragedia.

Marina Menegazzo (22) y María José Coni (21) habían sido reportadas como desaparecidas hace dos semanas y fueron halladas muertas con signos de violencia el pasado domingo en el balneario de la provincia costera de Santa Elena. El lunes, las autoridades ecuatorianas informaron del arresto de dos presuntos asesinos.

En conversación con el sitio argentino Big Bang News, el chileno Antonio Fica cuestionó la hipótesis que maneja la fiscalía ecuatoriana: que las mendocinas pidieron alojamiento a un conocido y en aquella casa habrían intentado abusar de ellas, produciéndose la agresión y posterior muerte.

El mochilero aseguró que “las chicas eran sumamente cuidadosas, si se fueron, lo hicieron contra su voluntad o con su juicio alterado”. Según dijo, Marina y María José trabajaban durante el día vendiendo ensaladas de fruta, por lo que siempre contaban con dinero para hospedarse.

Marina Menegazzo y María José Coni

Marina Menegazzo y María José Coni

El grupo chileno estableció amistad con las argentinas en el balneario. “Nos llevábamos súper bien, salíamos todas las noches juntos”, cuenta Fica, agregando que buena parte del día ellas trabajaban y se divertían por las noches: “Siempre nos decían que les había ido súper bien trabajando con lo de las frutas”.

Contó además que una vez, las jóvenes les rechazaron una invitación a un asado y por eso le extraña que accedieran a irse con otros hombres que, según dijo, no conocían.

“Nosotros éramos tres hombres y una amiga más. Era muchísimo más seguro quedarse con nosotros que con esos dos hijos de perra (…) Nunca las vimos con ellos, ni los vimos por la ciudad. Además, ellas conocían harta de gente allá, habrían recurrido a otras personas”, lamentó Fica.

También dudó que sus amigas se hubieran drogado o emborrachado la noche del crimen: “Nunca las noté ni drogadas, ni raras. Sí, tal vez, con un par de vasos como todos, pero ni cagando inconscientes. Si hubieran estado en cocaína o en ácidos, creo que lo hubiéramos notado”.

Es por eso que el chileno cree que si efectivamente llegaron a la casa de sus agresores, lo hicieron con el juicio alterado: “A mí no me cuadra esa historia. Lo que más sentido me hace, es que ellos les hubieran dado algo y que se las llevaron drogadas”.

www.bigbangnews.com

www.bigbangnews.com