Desde muy pequeña, Cassandra Naud supo que quería ser bailarina. Ese era su sueño y no habría nada que se lo impidiera, ni siquiera la marca de nacimiento en su rostro que llamaba tanto la atención de todos en la calle.

La joven oriunda de Toronto, Canadá, consiguió su objetivo pero no fue nada fácil. De hecho a las 13 años se sentía tan mal producto de las burlas de sus compañeros, que le pidió a sus padres que la costearan una operación para poder remover la mancha de su rostro. “Era difícil soportar sus comentarios crueles y frecuentemente tenía que luchar por contener las lágrimas. Me sentía fea”, explicó al medio británico Metro. “Le dije a mi madre que quería acabar con mi marca de nacimiento. Mis padres estaban en shock, pero entendieron mi decisión e inmediatamente pidieron una cita con un cirujano plástico”, agregó.

Sin embargo, las cosas no fueron como ella esperaba, ya que después de hablar con el cirujano plástico, la familia quedó temerosa de las secuelas que pudiese dejar la intervención, por ejemplo, posibles cicatrices o incluso un ojo caído.

Frente a este escenario decidieron abstenerse, algo que hasta el día de hoy sigue agradeciendo. “Mi mancha de nacimiento es una gran parte de mí (…) Me hace única y memorable, lo que es especialmente importante para la carrera que he elegido”, señaló Naud, actualmente de 22 años.

Tras ese episodio la joven se fortaleció aún más, y logró cumplir su meta de convertirse en bailarina. Hoy vive en Los Angeles, donde trabaja día a día para poder destacar de entre tantos artistas, además mantiene una feliz relación con uno de sus compañeros de elenco. “Las personas deben apreciar su individualidad (…) Los tiempos están cambiando, así que no se preocupen de verse normales. No dejen que las burlas los detengan y siéntanse orgullosos de su singularidad”, finalizó.

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