El ejército ucraniano y los separatistas prorrusos del este de Ucrania parecían respetar este domingo el alto el fuego acordado, pese a algunos enfrentamientos en torno a la ciudad de Debaltseve, donde los rebeldes impidieron el acceso a los observadores internacionales.

Dos civiles murieron en un bombardeo poco después de la entrada en vigor del alto el fuego, a las 22H00 GMT, en Popasna, la región de Lugansk. Kiev culpó a un grupo de insurgentes cosacos, que no obedecen la orden de alto el fuego dada por el mando rebelde.

La tregua acordada el jueves entre el gobierno prooccidental de Kiev y los insurgentes separatistas en Minsk es la primera etapa de un plan de paz para acabar con un conflicto que ha dejado más de 5.500 muertos en 10 meses en el este ucraniano.

Periodistas de la AFP oyeron este domingo tiros de artillería procedentes de Debaltseve, ciudad estratégica donde los rebeldes rodeaban a soldados ucranianos antes del alto el fuego. Pero la situación no tenía nada que ver con la violencia de las últimas semanas, aseguraron.

Precisamente allí, en Debaltseve, los rebeldes impidieron el acceso a los observadores de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), encargados de comprobar la aplicación del alto el fuego.

La tregua se respeta, sin embargo, en el conjunto de la región, precisó la OSCE en rueda de prensa, tras haber observado un breve intercambio de fuego de artillería a las 08H00 GMT en Debaltseve.

Un alto cargo militar de la república separatista de Donetsk, Eduard Basurin, también indicó que la tregua estaba siendo “globalmente respetada”.

“Grupos armados apuntaron a nuestras tropas en 60 ocasiones con todo tipos de armas, incluidos [lanzacohetes múltiples] Grad”, declaró, por su parte, un portavoz militar ucraniano, Anatoli Stelmakh, que precisó que Debaltseve era “el punto más caliente” desde la entrado en vigor del alto el fuego.

Horas antes, las autoridades ucranianas también habían señalado incidentes en las regiones de Mariupol, en el sur, y de Lugansk, al norte de la línea del frente, que no dejaron víctimas civiles ni militares.

El sábado murieron nueve soldados ucranianos y 39 resultaron heridos.

“Esperamos que el alto el fuego se respete por completo de aquí a unas horas. Se necesita un poco de tiempo, no es un proceso instantáneo”, declaró a la AFP Ilia Kiva, responsable del ministerio ucraniano del Interior en la región de Donetsk.

“Necesitamos trabajar con empeño para que el alto el fuego sea duradero sin asistir a las violaciones que vemos hoy”, aseguró el ministro ucraniano de Relaciones Exteriores Pavlo Klimkin, que lamentó “la responsabilidad política y moral” de las autoridades separatistas en esas violaciones.

Presiones internacionales

El acuerdo logrado el jueves en Minsk tras una noche de negociaciones entre los dirigentes de Ucrania, Rusia, Alemania y Francia prevé que Kiev y los rebeldes comiencen a retirar sus armas pesadas de la línea del frente dos días después de la entrada en vigor del alto el fuego.

El presidente ruso, Vladimir Putin, sus homólogos ucraniano, Petro Poroshenko, y francés, François Hollande, y la canciller alemana, Angela Merkel, tuvieron una charla telefónica y comprobaron que el respeto del alto el fuego “es globalmente satisfactorio, a pesar de incidentes locales que hay que solucionar rápidamente”, anunció este domingo la presidencia francesa.

La situación en Debaltseve suscita dudas sobre el respeto de la tregua. El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, afirmó que se consideraría como una violación del acuerdo cualquier intento de los soldados ucranianos de salir de la localidad, en la que se encuentran rodeados.

Alexandre Zajarchenko, dirigente de la república separatista de Donetsk, firmó el sábado un decreto para aplicar el alto el fuego que concede, no obstante, el derecho a responder ante “disparos contra las infraestructuras militares y civiles de la república popular de Donetsk”.