Cientos de universitarios se manifestaron este miércoles frente a la fiscalía general en Ciudad de México por la represión y desaparición de 43 compañeros, causando pequeños incendios y destrozos en la fachada de cristal, constató la AFP.
“¿Cuántas familias más tienen que vivir este dolor? ¿Cuántas madres tenemos que entregar a nuestros hijos para sacrificarlos? Hasta que la sociedad se rebele, como lo hacemos ahora”, clamó ante la protesta estudiantil María Herrera, integrante de la organización Movimiento por la Paz, que encabeza el poeta Javier Sicilia.
Las puertas de la fiscalía, ubicada en el Paseo de la Reforma -la principal avenida de Ciudad de México-, permanecieron cerradas y sin presencia policial mientras los estudiantes realizaban pintas y tapizaban la fachada con fotografías blanco y negro de los estudiantes desaparecidos en el convulso estado de Guerrero.
La protesta fue subiendo de tono con la llegada de un grupo de encapuchados, que a punta de pedradas rompió buena parte de los cristales polarizados de la fachada y provocó leves incendios.
Los manifestantes, en su mayoría alumnos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y el Instituto Politécnico Nacional, exigen la aparición con vida de los alumnos de una escuela rural que desaparecieron la noche del 26 de septiembre en la ciudad de Iguala.
En esa localidad, ubicada en las montañas de Guerrero, un grupo de policías municipales y miembros del cártel local Guerreros Unidos abrieron fuego contra los autobuses que transportaban a los universitarios.
La balacera dejó seis personas muertas, y los testigos aseguran que decenas de estudiantes sobrevivientes fueron transportados con rumbo desconocido a bordo de patrullas. Desde entonces, 43 de ellos están desaparecidos.
Llevamos “19 días sin resultados. Cada minuto que pasa reduce la posibilidad de encontrarlos con vida. Pedimos una investigación exhaustiva”, dijo a la AFP Esperanza Gutiérrez, una activista de Amnistía Internacional que acudió a la protesta.
“Nosotros no estamos de luto, sólo están desaparecidos, confiamos en que sigan vivos. Eso es muy importante”, dijo por su parte una alumna del Centro Nacional de las Artes, mientras sus compañeros coreaban “¡vivos se los llevaron, vivos los queremos!”.
La espera por conocer el paradero de los jóvenes ha provocado en los últimos días manifestaciones con decenas de miles de personas en diferentes estados mexicanos.
Los beligerantes sindicatos de maestros en Guerrero, han advertido de una radicalización de las protestas.