El último dirigente de la Unión Soviética, Mijaíl Gorbachov, de 83 años, se encuentra hospitalizado y dispuesto a librar una batalla para vivir, informaron este jueves las agencias de prensa rusa.

“Mi estado de salud no es bueno desde hace una semana y hoy estoy en el hospital. Mi estado se ha deteriorado”, declaró Gorbachov citado por la agencia Ria Novosti desde el hospital.

“Estoy conectado a una máquina”, agregó sin precisar en qué hospital se encuentra.

“Conocen mi forma de ser, estoy dispuesto a luchar, a vivir”, dijo a la agencia Interfax.

En junio de 2013, el último dirigente de la Unión Soviética fue hospitalizado para un chequeo médico.

En los últimos años, Gorbachov tenía la cara abotargada y en las últimas apariciones parecía cansado. Según la prensa rusa, padece diabetes.

Problemas de salud le impidieron acudir en abril de 2013 a los funerales de la antigua primera ministra británica Margaret Thatcher.

Muy respetado en Occidente, en cambio en su país sus compatriotas lo acusan de la implosión de la URSS y del caos económico y social que siguió a su desmoronamiento.

El padre de la perestroika (reforma) que lanzó en 1985, anunció su dimisión por televisión el 25 de diciembre de 1991, tomando nota de la desaparición de la URSS tras un acuerdo firmado sin él por Ucrania, Bielorrusia y Rusia.

En los últimos años, Gorbachov mantiene relaciones delicadas con el actual presidente ruso, Vladimir Putin, al que ha criticado en numerosas ocasiones por el retroceso democrático y le ha pedido que se vaya.

Galardonado con el premio Nobel de la Paz en 1990, suele participar en reuniones internacionales y preside la Fundación Gorbachov que se ocupa de programas caritativos y de educación.