¿Quién no ha intentado hacer buenas payas en Fiestas Patrias? Lo cierto es que muchos tratan, pero pocos cuentan con la capacidad de lograr una buena conversación en versa.

El reconocido payador de la localidad de Campanario en la Región del Bío Bío, Fernando Yáñez, asegura que no se trata de poseer el “don”, sino que más bien de saber llevar un diálogo con ritmo mientras se responde a una persona.

En términos prácticos, los más experimentados logran versar en décimas, es decir, payan en métricas cerradas que son difíciles de improvisar, requieren creatividad, agilidad y rapidez mental. La definición se explica como “versos octosílabos acentuados en la penúltima sílaba, que riman de forma consonante”.

En tanto, para quienes han pensado en iniciar un duelo de payas, deben recurrir al modelo básico de cuarteta. Cuatro versos que riman de forma consonante: el primero con el tercero y el segundo con el último.

Origen de las payas

Cuando los jesuitas llegaron a nuestro país cantaban a María, Jesús y los santos “pero esos mismos cultores se dieron cuenta que tenían todo para improvisar”, señala Fernando Yáñez.

El payador explica que éste fue el punto desde donde nació el canto a lo humano y a su vez la paya, la que asegura es improvisada, por lo que logra ser diferenciada de la poesía popular.

Consultado por las habilidades que hay que poseer para ser un buen representante de este arte popular chileno, afirma que todos hablamos en “ocho golpes rítmicos y para que se produzca el eje central de la paya tiene que hablar otra persona que responda lo que decimos”, por lo que la conversación además se acompaña de una guitarra para poder seguir el ritmo del instrumento.

“No todo el mundo abre la puerta de la casa para saber a dónde quiere llegar, nosotros abrimos la boca mientras no sepamos la línea cuatro, o la nueve o la diez. Es la guinda de la torta”, explica Yáñez.

En tanto, el mejor consejo para quienes desean hacer payas, asevera el artista, es quererse y tener confianza en lo que se está conversando. Mientras que otros aseguran que hay que agregar algo de picardía.