Tras Londres y Milán, este miércoles arrancan los desfiles de moda masculina en París, antes de los de alta costura femenina, una especialidad francesa que sigue haciendo soñar al mundo entero y en la que destacan varios diseñadores de América Latina.
Aunque parezca más clásica o incluso aburrida que su contraparte, la moda masculina ha evolucionado multiplicando sus propuestas. “Es cada vez más creativa y genera cada vez mayor interés”, destacó Didier Grumbach, presidente de la Federación francesa de costura.
El traje clásico se reinterpreta en formas muy variadas, de la versión bermudas a estilo militar. El look callejero transformó el universo masculino.
¿Qué van a proponer los creadores para la primavera y el verano próximos? La respuesta llegará en medio centenar de desfiles organizados en distritos lugares de la capital francesa, del miércoles al domingo, y numerosas presentaciones en showrooms.
Esta temporada aparecen nuevos nombres: el ruso Gosha Rubchinskiy, el colectivo de creadores franceses Etudes Studio y la marca Andrea Crews.
La lujosa casa española Loewe, cuyo nuevo diseñador J.W Anderson genera mucha expectativa, hará una presentación.
La casa John Galliano estará ausente este año, aunque los responsables de la marca –que ya no tiene relación con el diseñador John Galliano–, afirman que regresará la temporada próxima.
Los desfiles masculinos concluirán el domingo con Yves Saint Laurent. Y por primera vez, el mundo de la moda se dará un respiro de algunos días en lugar de continuar de inmediato con la alta costura como era habitual.
La presencia de América latina
Del 6 al 10 de julio, junto a los famosos (Chanel, Schiaparelli,Dior…), aparecen tres nuevos nombres: las francesas Fred Sathal y Stéphanie Coudert y la marca francoturca Dice Kayek.
Apelación exclusivamente francesa, la alta costura consiste en vestidos realizados a medida en talleres donde se trabaja a mano. Bordados, plisados, plumas: cada profesión exhibe su arte.
Entre los diseñadores de la alta costura destacan este año varios de América latina, que mostrarán sus creaciones en desfiles o presentaciones fuera del programa oficial, incluyendo el brasileño Gustavo Lins, el mexicano Antonio Ortega y el venezolano Oscar Carvallo.
Los vestidos demandan decenas, a veces cientos de horas de trabajo, y se venden por varias decenas de miles de euros.
“Algunos consideran que es indecente. ¡Pero hace vivir a tanta gente! Crea muchos empleos”, comentó a la AFP Julien Fournié, creador francés que fundó su propia casa en 2009.
Fournié vende entre 25 y 30 vestidos por año a clientes llegados de Arabia Saudita o Singapur. Se trata de chicas que tienen apenas 18 años, mujeres de 30 años y también maduras. Buscan “algo exclusivo, sólo para ellas”, explica el diseñador de 39 años.
En ese universo lujoso, hay casas que tienen dificultades para sobrevivir. Al cabo de seis años, la empresa de Fournié apenas “comienza a funcionar”. “No ganamos millones, pero alcanzamos el equilibrio”, dijo.
En medio de los desfiles, el mundo de la moda se trasladará además a los tribunales por la demanda que Balenciaga inició contra su ex diseñador estrella, el francés Nicolas Ghesquiere, que trabaja ahora para Louis Vuitton y es acusado de denigrar a la marca fundada por el legendario diseñador vasco Cristobal Balenciaga.