El mayor radiotelescopio del mundo ubicado en el norte de Chile, ALMA (Atacama Large Millimeter/submillimeter Array), instaló a 5.000 metros de altura la última de sus 66 antenas, que cierra el proceso de construcción del observatorio actualmente más demandado por los astrónomos.

La antena, de 12 metros de diámetro, es la última de las 66 que componen el proyecto. De ellas, 25 corresponden a antenas europeas, 25 a estadounidenses y 16 a japonesas, las tres entidades que participan del radiotelescopio, considerado el más potente del planeta.

Fue entregada en octubre del pasado año a ALMA por sus constructores y, tras meses de pruebas, fue transportada al llano altiplánico de Chajnantor, a 5.000 metros de altura, donde se unirá al resto de sus compañeras para captar juntas las ondas milimétricas y submilimétricas que desprenden los objetos celestes, imposibles de captar para el ojo humano.

Pierre Cox, director de ALMA, explicó en rueda de prensa que, con la totalidad de las antenas, será posible obtener más datos y aún más rápidamente.

Su sensibilidad es tan potente, que será capaz de observar las primeras y más lejanas galaxias del Universo -ubicadas a unos 10.000 millones de años luz-, hasta ahora desconocidas.

ALMA puede ver también a través de las nubes estelares que tapan la visibilidad de telescopios ópticos, y estudiar cómo se forman los planetas, un misterio aún por resolver.

Además, a estos retos añade el de la astroquímica: puede analizar la composición química de las nubes de gases donde se forman las estrellas, lo que ofrecerá nuevas pistas para seguir haciendo grandes descubrimientos.

Récord de solicitudes para usar ALMA

El mayor observatorio astronómico terrestre del mundo ha iniciado sus observaciones científicas por etapas: primero con 16 antenas y a partir de este mes de junio con 45 antenas. Se espera que en octubre del 2015 comiencen las observaciones con las 66 antenas a pleno rendimiento.

Para la segunda etapa, que comenzó a principios de este mes, ALMA recibió 1.380 peticiones de observación de astrónomos de todo el mundo, “el número más alto que ha recibido en la historia un observatorio”, precisó Cox.

Un comité científico se encarga de filtrar las propuestas en base a su excelencia científica y respetando las cuotas de observación de cada país, en función de su aportación al presupuesto del observatorio. “Solo una de cada cinco propuestas fue aceptada”, asegura el director.

Chile, por ser el país que acogió el proyecto, tiene reservado un 10% de las observaciones anuales, una enorme cuota en relación a los pocos centros de investigación astronómica chilenos.

Ahora muchos científicos extranjeros buscan alianzas con investigadores chilenos para acceder al codiciado tiempo de observación, explicó Cox.

La construcción y operaciones de ALMA son conducidas en nombre de Europa por el Observatorio Europeo Austral (ESO), en nombre de Norteamérica por el Observatorio Radio Astronómico Nacional (NRAO), operado por Associated Universities Inc. (AUI), y en nombre de Asia del Este, por el Observatorio Astronómico Nacional de Japón.

http://youtu.be/OoHA36ftfwg