Una niña de 11 años murió por una bala perdida cuando las fuerzas de seguridad dispersaron con disparos de advertencia a una muchedumbre que atacaba un edificio de la ONU en el oeste de Birmania, anunció la policía este viernes. “Una niña de 11 años murió por un disparo de bala estando dentro de su casa (…) cuando las fuerzas de seguridad dispararon para dispersar a la gente delante de un almacén del Programa Mundial de Alimentos (PMA)” el jueves, precisó a la AFP el teniente coronel Ming Aung.

No hubo más víctimas. La situación estaba tranquila este viernes por la mañana tras la instauración de un toque de queda nocturno, agregó.

En los dos últimos días, cientos de budistas atacaron las sedes de varios grupos humanitarios y de Naciones Unidas en Sittwe, capital del estado de Rakhine sacudido desde 2012 por violencia comunitaria dirigida principalmente contra los musulmanes de la minoría apátrida de los rohingyas.

Los budistas de la minoría Rakhine acusan a los cooperantes extranjeros de privilegiar a los musulmanes en sus operaciones y exigen su marcha. Los ataques, que comenzaron el miércoles contra Malteser International, el brazo humanitario de la Orden de Malta, provocaron una “profunda preocupación” a la ONU y a Estados Unidos.

Más de 70 cooperantes y trabajadores humanitarios, la mitad de ellos extranjeros, se hallan ahora bajo protección policial. Al parecer, la manifestación de ira fue provocada por uno de los extranjeros que manipuló una bandera budista en forma irrespetuosa, indicó la policía. Los habitantes de Sittwe colocaron banderas en la ciudad como forma de protesta contra los musulmanes.

En el estado de Rakhine existe una fuerte tensión desde 2012 cuando se registraron actos de violencia contra los musulmanes y los rohingyas que dejaron más de 200 muertos y 140.000 desplazados.

Unos 800.000 rohingyas, considerados por la ONU como una de las minoría más perseguidas del planeta, viven en el estado de Rakhine.