Turquía inaugurará este martes el primer túnel ferroviario bajo el estrecho del Bósforo, que conectará la parte asiática y europea de Estambul, un proyecto gigantesco bautizado por las autoridades como “la obra del siglo”.

Tras nueve años de espera, el ‘Marmaray’, un túnel de 14 km con una parte sumergida de 1.400 m, conectará ambos continentes bajo el Bósforo, joya de la principal metrópolis turca.

El túnel trasladará a sus primeros pasajeros de Asia a Europa con el objetivo de dar fluidez al tráfico intercontinental, un trayecto realizado a diario por millones de residentes de Estambul.

La inauguración coincide con el 90º aniversario de la República Turca, fundada por Mustafa Kemal Atatürk.

El primer ministro Recep Tayyip Erdogan, exalcalde de Estambul, inaugurará el túnel en una ceremonia prevista en el muelle asiático de Üsküdar a las 13H00 GMT. Marmaray figura entre sus ‘megaproyectos’ urbanos, a menudo criticados, y que alimentaron la contestación en contra del gobierno en junio pasado.

La idea de construir un túnel bajo el estrecho del Bósforo fue planteada por primera vez en 1860 por un sultán otomano. Sin embargo, por razones técnicas y falta de fondos, hasta ahora no se había materializado.

Sin embargo, con el apoyo financiero del Banco Japonés para la Cooperación Internacional (735 millones de euros) y del Banco Europeo de Inversiones (BEI), la construcción del túnel pudo comenzar en el 2004, gracias a un consorcio entre Japón y Turquía.

El costo total del proyecto está evaluado en 3.000 millones de euros.