La distancia física personal que determinamos con respecto a las demás personas que nos rodean, generalmente es de 20 a 40 centímetros, y se traduce en la distancia de seguridad de nuestro cuerpo. Sin embargo, esta medida puede variar, dependiendo las respuestas emocionales de cada individuo.

Un estudio reciente descubrió que las personas que sufren de ansiedad establecen una distancia mayor.

Según revista Muy Interesante, una investigación del University College del Reino Unido, concluyó que si dicho espacio se cruza, nuestro cuerpo inmediatamente se pone en posición de defensa, con el fin de evitar eventuales daños.

Lo anterior, se lleva a cabo mediante una respuesta automática del cerebro, al igual que todos nuestros estímulos.

Según los autores de la investigación “los individuos ansiosos perciben los estímulos amenazadores como más próximos a su cuerpo de lo que realmente están”, por lo que éstos generalmente guardan mayor distancia corporal con las personas.

En consecuencia, dicho espacio es una necesidad de mayor espacio para la seguridad personal de quienes sufren ansiedad.