Una condena de 15 años de presidio aplicó el Tribunal Oral de Villarrica a un hombre que abusó sexualmente de las hijas de su conviviente en un contexto místico- religioso, en ceremonias de “transmisión de energía” y rituales de iniciación sexual, donde el condenado daba a sus pequeñas víctimas, alcohol y ayahuasca.

Tras el respectivo juicio oral, el Ministerio Público logró la citada condena para Vladimir Ernesto Ferrada Grandón, tal como lo precisó el fiscal de la Unidad de Delitos Sexuales del Ministerio Püblico, Roberto Garrido.

El fiscal Garrido, acompañado del fiscal de Villarrica, Néstor Riquelme, acreditaron que en 1995 el condenado comenzó una relación de convivencia con la madre de las niñas, de 5 y 3 años aproximadamente, en una parcela ubicada en el kilómetro 8,5 del camino Villarrica- Pucón.

En este núcleo familiar, Ferrada Grandón asumió el rol paterno, lo que generó en las niñas una relación de dependencia emocional hacia él, lo que le permitió tener una posición dominante que utilizó para realizar diversas acciones de connotación sexual en contra de las víctimas, que se desarrollaron progresivamente y en forma reiterada entre los años 2000 y 2008.

La declaración de testigos y peritos, permitió establecer que una parte de los abusos sexuales fueron cometidos en un contexto “místico-religioso”, en ceremonias de transmisión de energía y rituales de iniciación sexual inspiradas en enseñanzas tipo tántricas e hindú, en las cuales Vladimir Ferrada Grandón forzó a sus hijastras a consumir alcohol y ayahuasca.

Además, tanto en la investigación como en el juicio surgieron antecedentes relativos a la pertenencia del acusado a grupos que siguen doctrinas nacional socialistas y de corte esotérico, precisó el fiscal, agregando que durante el tiempo que estuvo prófugo se detectó que el ahora condenado subía escritos a diferentes sitios web y blogs en contra de las víctimas, donde dejaba ver cual era su ideología, tanto del punto de vista religioso como político.