El gobierno británico sufrió el martes un nuevo revés en su larga batalla judicial para expulsar a Jordania al clérigo radical Abu Qatada, pero anunció que llevará al caso a la Corte Suprema.

La Corte de Apelaciones de Londres, que el 27 de marzo desestimó un primer recurso contra el fallo judicial que en noviembre pasado bloqueó la expulsión de Abu Qatada, rechazó una petición de la ministra del Interior, Theresa May, para poder apelar ante la Corte Suprema.

El ministerio, que lleva más de una década tratando de expulsar al clérigo jordano, anunció de inmediato su intención de recurrir directamente a la máxima instancia judicial británica.

“Estamos decepcionados con la decisión de la Corte de Apelaciones, pero ahora pediremos permiso para apelar directamente a la Corte Suprema”, declaró un portavoz de Interior.

“El gobierno sigue comprometido a deportar a este hombre peligroso y seguimos trabajando con los jordanos para abordar las cuestiones legales pendientes que impiden su expulsión”, agregó.

La Corte Suprema sólo aceptará examinar el recurso si se refiere a un aspecto jurídico de interés general.

En marzo, la Corte de Apelaciones rechazó el recurso del ministerio del Interior, basado en supuestos errores cometidos por la instancia inferior, la SIAC, argumentando que el hecho que Abu Qatada fuera un “terrorista peligroso” era “irrelevante” a efectos de la apelación.

La Comisión Especial de Apelaciones sobre Inmigración (SIAC), una jurisdicción especial encargada de casos relacionados con la seguridad nacional, bloqueó en noviembre la expulsión de Abu Qatada a Jordania, donde debe afrontar un nuevo juicio por su presunta implicación en un complot terrorista por el que ya fue condenado en rebeldía a finales de los años 1990.

Los jueces de la SIAC alegaron entonces que, pese a las garantías dadas por las autoridades jordanas al gobierno británico, no podían estar seguros de que el imán tuviera un juicio justo en su país, donde algunas pruebas en su contra fueron obtenidas mediante tortura.

Abu Qatada, descrito un día por el juez español Baltasar Garzón como “la mano derecha de Bin Laden”, se encuentra encarcelado desde principios de marzo por haber violado las estrictas condiciones con las que fue liberado bajo fianza tras el fallo de la SIAC.

El clérigo radical, cuyo verdadero nombre es Omar Mohamed Othman, llegó al Reino Unido en 1993 y ha pasado gran parte de los últimos años en prisión o en arresto domiciliario sin haber sido acusado nunca de delito alguno en este país.