La Copa Libertadores es la instancia máxima de consagración para cualquier institución que participa del concierto futbolístico sudamericano. Argentinos, uruguayos, paraguayos y brasileños ostentan muchísimos de estos trofeos en sus vitrinas, cuestión que para el balonpié chileno termina siendo casi una obsesión.
Más allá de la gesta heroica del año 91 con aquel Colo Colo de Mirko Jozic, esta copa es como esa bella mujer que seduce, da esperanzas, ilusiona pero que termina casi siempre en los brazos de otro.
En la versión 2013 del certamen continental la cosa no sé si está tan clara para los nuestros, es casi como una película vista tantos años…
La nebulosa, o más bien las tinieblas que generó la semana que recién termina para los equipos chilenos, mueve a las dudas respecto al futuro que tendrán éstos en el ámbito internacional. No es común que los tres representantes nacionales cayeran en sus respectivos compromisos en una misma semana. Ni siquiera el nivel de los rivales auguraba semejante resultado pero como dice el dicho popular “otra cosa es con guitarra”.
Si bien Universidad de Chile y Huachipato tuvieron un comienzo prometedor, las sendas goleadas ante Olimpia de Paraguay y Caracas de Venezuela, respectivamente, los volvieron a la realidad. Quizás lo de Deportes Iquique podía ser previsible, porque en el inicio cayó con un grande del continente como Peñarol y ahora enfrentaba, tal vez, al mejor equipo argentino de los últimos tres años como Velez Sarsfield. La ilusión, en todo caso, igual estaba permitida.
La “U” echó por la borda en 90 minutos todo lo avanzado en la victoria ante el Deportivo Lara de Venezuela la semana pasada. Es cierto, el arranque del año azul ha sido muy irregular pero Olimpia desdibujó a un equipo carente de actitud y de asimilación de lo que quiere el tecnico en cancha. El vertigo, la velocidad por las bandas, el recuperar el balón en campo contrario y administrarlo de buena manera estuvo lejos de ser el arma de los azules ante un cuadro paraguayo que, fiel a su historia, apeló al pragmatismo y a convertir goles tempraneros que sepultaron rapidamente las aspiraciones de los universitarios laicos.
¿Puede un técnico echar por la borda todo el exitoso trabajo de su antecesor en tan poco tiempo? Es la gran pregunta que se formulan los hinchas del chuncho pues en la inoficiosa comparación Darío Franco queda muy en deuda con lo conseguido en el proceso de Jorge Sampaoli. Saque sus propias conclusiones.
Huachipato llegó al partido con el Caracas en Talcahuano con la hazaña histórica de haber derrotado en Brasil a un candidato que se reforzó para ganar la copa como Gremio pero a la hora de revalidar esas credenciales, ahora en nuestro país, su propuesta futbolistica quedó demasiado al debe con un cuadro venezolano que los superó de principio a fin. ¿De qué sirve tamaño logro en Porto Alegre si en casa no se hacen bien las cosas?
Deportes Iquique es tal vez el cuadro más complicado de los tres pues con la derrota ante Velez sumó su segunda caída mostrando mas dudas que certezas. Pareciera que la inexperiencia a nivel internacional, más alla de su participacion el año pasado en la Copa Sudamericana, les esta pasando la cuenta y con un técnico que recién se incopora al fútbol chileno y sin la experiencia necesaria al mando de un equipo a veces hace complicado obtener resultados inmediatos.
Las fórmulas mágicas en el fútbol no existen. Además, un equipo que depende en demasía en lo que pueda hacer un buen jugador como Rodrigo Díaz es dar demasiada ventaja. Los salvadores no alcanzan en todos los partidos.
La suerte de los chilenos sigue corriendo, el panorama hoy sólo depende de ellos pero la realidad tras esta negra semana deja mucha incertidumbre. Que no se repita esa vieja frase rioplatense que antaño los ufanaba: ”La Copa se mira y no se toca”…