Una nueva ola de violencia atribuida a Al Qaida se produjo en Irak, dejando al menos 42 víctimas fatales. El presidente del Parlamento denunció el acto como una tentativa de torpedear la cumbre de la Liga Árabe prevista dentro de un mes en Bagdad.

Además de los muertos, más de 450 personas resultaron heridas en los atentados, los cuales incluyeron: 16 coches bomba, ocho explosivos, cuatro ataques de hombres armados y disparos de morteros.

En total, se vieron afectadas seis provincias: Bagdad, Salahedin (norte), Diyala (centro), Babilonia (centro), Nínive (norte) y Kirkuk (norte).

“La organización terrorista Al Qaida intenta transmitir el mensaje a sus partidarios de que sigue activa en suelo iraquí y de que tiene la capacidad de golpear en la capital y en otras ciudades”, señaló el ministerio del Interior iraquí.

Asimismo, el presidente del Parlamento, Usama al Nujaifi, condenó los atentados y dijo que tienen por objetivo “atizar los conflictos entre los hijos de Irak y hacer fracasar la celebración de la cumbre árabe”.

Irak acogerá el 29 de marzo una cumbre de la Liga Árabe, la primera desde el inicio de la ola revolucionaria que barrió la región. La cita, prevista inicialmente en marzo de 2011 y postergada dos veces por los sobresaltos de la Primavera Árabe, se producirá en plena crisis en la vecina Siria.

La cumbre está prevista en la “zona verde”, el sector más protegido de Bagdad. Será además la primera cumbre árabe en la capital iraquí desde 1990, y la primera gran cita diplomática de Irak desde la retirada de las últimas tropas estadounidenses de su territorio en diciembre.