“Tradicionalmente las golosinas son consideradas dañinas para los dientes. El azúcar refinada que contienen los dulces produce ácidos, que son los desechos del metabolismo bacteriano, y ello provoca que el esmalte de los dientes se disuelva y aumente la producción de bacterias”, expresó el experto.

Según el especialista, “hay que evitar que la frecuencia del consumo de azúcares sea muy alta y que los niños se duerman sin asear su boca”, comentó.

Explicó además que “durante la noche el ambiente es más propicio para que las bacterias ataquen los dientes produciendo caries, porque hay menos saliva y el azúcar que queda al interior de la boca aumentará la producción de ácidos”, agregó Giacaman.

Por su parte, la nutricionista de Casino Express, Patricia Lucero, dijo que la celebración de Halloween puede acarrear alteraciones en el organismo de los niños en corto y largo plazo.

“El exceso de azúcar, grasa puede traer riesgos de enfermedades, caries y otro tipo de enfermedades ya que es en esta edad donde los niños pueden definir o no, una dependencia perjudicial al azúcar. Un masticable pequeño es equivalente a comer media cucharadita de té con azúcar. Llamamos a la supervisión de los padres”, dijo la profesional.