No será un camino pavimentado con rosas el que deberá transitar el año próximo, si es que finalmente lo decide Fernando González en el retorno a la actividad en el marco del circuito de la ATP y los torneos del Gran Slam.

Ya no es considerado como un jugador atractivo para los organizadores de certámenes. Ellos buscan al jugador en crecimiento permanente para atraer con invitaciones, las que van adornadas con suculentos cheques (garantías). González supo de esas mieles entre 2004 y 2009, sus mejores años en el circuito.

El que más dinero le ha entregado es, sin dudas, el ATP de Viña del Mar. En ese campeonato, el tenista de La Reina era considerado figura estelar (lo ganó en 4 ocasiones) y si bien con su ránking ingresaba sin inconvenientes al cuadro principal, su presencia en el mismo estaba condicionada al cobro de una cifra cubierta al menos por 5 dígitos y cuyo primer número no era inferior al cinco.

Tras la obtención de las medallas olímpicas en Atenas y hasta los Juegos de Beijing, González fue una figura también requerida a nivel internacional. Y ello le permitió elegir los campeonatos a los cuales concurrir sin salirse demasiado de la planificación que por aquellos años realizaba con su entrenador, Horacio de la Peña, quien le programaba la temporada con torneos alternativos en caso de no percibir respuestas adecuadas a sus requerimientos (en realidad a los de su padre, quien era el representante oficial).

Pero se terminaron las épocas de vacas gordas. Y si bien Fernando aún dispone de algunas invitaciones obligadas por el reglamento para poder ingresar directamente a ciertos torneos en 2012, producto de lo que aún le queda de ránking protegido, no es menos cierto que cuando se le acaben los créditos, tendrá dificultades para poder participar en campeonatos de alto nivel.

Para ejemplos, basta citar la declaración efectuada por el ex tenista y actual director del ATP de Buenos Aires, Martín Jaite. En la presentación del torneo bonaerense, y ante una consulta acerca de la posibilidad de entregarle un wild-card a González, el ex top ten fue muy escueto: “los wild cards serán para jugadores argentinos…”.

Alguien cercano a la organización de ese evento deslizó: ”En sus mejores días, Fernando nunca se mostró interesado en participar en nuestro campeonato. En esa época, Buenos Aires comenzaba al día siguiente de finalizado el ATP de Viña. Fernando decía que prefería descansar…Nosotros creemos que prefería quedarse allí por las cercanías de ese torneo con el festival de esa ciudad…”

¿Un pase de factura? Fernando no iba a Buenos Aires para no exponerse, tras sus excelentes actuaciones en Viña, ante un público exigente y en un torneo en el que además aparecían en el cuadro jugadores más complicados que en el de la ciudad Jardín (Carlos Moyá, David Nalbandian que por aquellos años no participaban en la quinta región), además de un nutrido contingente de tenistas rioplatenses. ¿O por alguna situación anterior entre el director del torneo y Horacio de la Peña ambos con duros choques tenísticos y dialécticos en sus épocas de jugadores?.

Lo cierto es que por cercanía, por superficie (arcilla) y por comienzos de temporada (febrero) Buenos Aires se presentaba como una buena alternativa en caso de percibir una invitación y descontando que será invitado al ATP de Viña, para su continuidad en el circuito.

Por ello como decimos al principio de esta columna, no será un camino de rosas el que deba transitar si busca un retorno para redondear un final feliz de su carrera, la que se estaría cerrando en los Juegos Olímpicos de Londres 2012. Si lo invitan…