Los hijos de Michael Jackson “estaban llorando, bastante histéricos” cuando su padre fue declarado muerto, dijo la doctora que asistió al cantante en la sala de emergencias, al reiniciarse este lunes el juicio al doctor personal del cantante, Conrad Murray.

Richelle Cooper, médica en la sala de emergencias del hospital Centro Médico Ronald Reagan de la Universidad de California en Los Angeles, adonde fue trasladado Jackson el 25 de junio de 2009 por una intoxicación de Propofol, dio inicio con sus declaraciones a la segunda semana del proceso a Murray, acusado de homicidio involuntario del “rey del pop”.

Cooper confirmó versiones dadas el viernes por los paramédicos, según quienes Jackson parecía muerto cuando llegaron a asistirlo en la mansión del cantante en el oeste de Los Ángeles.

“No sé cuál fue su hora de muerte real”, dijo Cooper. “Mi evaluación cuando llegó era que estaba clínicamente muerto”.

“Para mí era un caso forense”, agregó.

Cuando el abogado de la defensa, Michael Flanagan, preguntó si el tratamiento en la emergencia habría sido distinto, o si la muerte de Jackson podría haberse evitado si Murray le hubiese informado sobre el Propofol, Cooper respondió: “Es improbable que con esa información hubiera podido hacer algo diferente que cambiara el resultado”.

El doctor dijo a los paramédicos y en la emergencia que le había dado Lorazepam a Jackson, pero no mencionó el Propofol, el potente sedante responsable de su muerte.

La muerte del cantante fue pronunciada a las 14H26 locales, aunque el equipo de socorro estaba dispuesto a declararlo muerto a las 12H57.

Luego la doctora fue a ver a los niños. “Estaban llorando, estaban bastante histéricos, los consolaba alguien a quien ellos se referían como su niñera, dijo Cooper a la Corte Superior de Los Angeles.

“¿Le pareció que (Murray) estaba en pánico?”, preguntó el abogado Flanagan. “No diría en pánico”, respondió Cooper, afirmando que nada en su comportamiento le llamó la atención.

Testigos llamados la semana pasada describieron un errático comportamiento de Murray la mañana de la muerte de Jackson, y lo describieron como “en pánico” y “frenético”.

Durante el fin de semana, el sitio especializado en el espectáculo TMZ informó, citando fuentes cercanas a la familia, que los hijos de Jackson, Prince (de 14 años), Paris (de 13) y Blanket (de 9), no desean seguir el proceso porque es demasiado doloroso para ellos. En particular para los dos mayores, que presenciaron la confusa escena de muerte que describieron los guardaespaldas.

No obstante, Prince estaría dispuesto a comparecer si es necesario, aunque en ese caso su abuela Katherine pedirá que el público salga de la sala y se evite la filmación de su testimono, según TMZ.

El martes, los jurados vieron una imagen del cuerpo muerto de Jackson y escucharon una grabación en la que se escuchaba al artista aparentemente muy drogado.

El miércoles, su asistente personal, Michael Williams, recordó el último ensayo del ícono del pop. “Estaba en muy buena forma”, manifestó.

El jueves los testigos dieron cuenta de la caótica escena que tuvo lugar la mañana del día en que murió Jackson. Alberto Álvarez, asistente del artista, declaró que Murray le pidió que le ayudara a sacar unas ampollas y una bolsa de suero que contenía una “sustancia de color blanco lechoso”.

El Propofol tiene un color blanquecino, y el cantante solía referirse a él como “mi leche”.

Parte del clan Jackson estaba en la sala el lunes, incluidos los hermanos Janet, Jermaine, Randy y Rebbie, pero los padres Katherine y Joe, que acudieron la semana pasada todos los días, no se presentaron esta vez.

Murray enfrenta hasta cuatro años de cárcel si es declarado culpable en el juicio, que comenzó la semana pasada y se prevé dure cinco semanas.