La cólera y la tensión social se extendían este jueves en Grecia, tras el anuncio por el gobierno de nuevas medidas de austeridad para impedir la quiebra del país y una crisis “a la argentina”, mientras Atenas padecía una huelga general de todos los transportes.

El caos y los atascos se apoderaron de la capital griega, privada de cualquier transporte y con el apoyo a la huelga de los taxistas, irritados por un proyecto de liberalización de su sector. Los profesores y empleados municipales también prevén sumarse al movimiento con paros en su actividad.

Los controladores aéreos observaron una huelga de cuatro horas, forzando a las compañías aéreas a retrasar o anular sus vuelos.

El sector público griego ya anunció una huelga para el 5 de octubre, y una huelga general fue convocada en todos los sectores para el 19 de octubre, según anunciaron el miércoles los sindicatos, en un contexto cada vez más dramático de recesión (PIB de -5% previsto en 2011) y desempleo (16% en el segundo semestre).

Estos movimientos reflejan la cólera y la incredulidad de la población ante la nueva vuelta de tuerca, con nuevas medidas de ajuste anunciadas la víspera por el ejecutivo.

El gobierno socialista griego decidió nuevos recortes en las jubilaciones que superan los 1.200 euros mensuales, instaurar el paro técnico para 30.000 empleados del sector público antes de fin de año, y rebajar el tope mínimo de imposición a 5.000 euros de ingresos anuales.

El ejecutivo anunció su compromiso a “hacer todo lo necesario para no poner en peligro el futuro del país y su sitio en la zona euro”.

El ministro griego de Finanzas, Evangelos Venizelos, dijo que el país hace todo lo posible para evitar una crisis “a la argentina”, cuando hace 10 años el país sudamericano hizo ‘default’, reestructuró su deuda y devaluó su moneda.

“La situación es crítica, y diría que es peligrosa”, dijo Venizelos.

“Hay mucho nerviosismo en la zona euro, en el sistema bancario europeo y en la economía mundial (…). Hacemos todo lo que podemos para evitar la crisis. Una crisis es lo que ocurrió en Argentina en 2000″, añadió el ministro.

Con estas draconianas medidas, Grecia quiere convencer a sus acreedores de la ‘troika’ — Fondo Monetario Internacional (FMI), zona euro y Banco Central Europeo (BCE) — que le entregue un sexto tramo de 8.000 millones de euros como parte de un préstamo otorgado en mayo de 2010.

Sin esa suma, Grecia puede encontrarse en situación de suspensión de pagos en el mes de octubre.

Pero la inquietud se extiende por todo el país. “Grecia se transforma en hospicio para los pobres, con nuevas medidas anunciadas cada día, y cada semana”, comentó el presidente de la Cámara de Comercio e Industria de Atenas, Constantinos Michalos, a la televisión pública.

“Se ha perdido la brújula, esta gobierno no sabe adonde va”, añadió.

El malestar es también palpable entre los parlamentarios, escépticos ante estas nuevas medidas de austeridad, tras más de dos años de recesión.

Entre los sindicatos, la cólera es creciente: “Ni siquiera los invasores alemanes o turcos impusieron en el pasado a Grecia semejantes impuestos”, comentó el dirigente del sindicato de empleados del metro, Antonis Stamatopoulos.

Entretanto, las bolsas europeas se hundían este jueves por la tarde, cayendo en torno al 5%, en otra jornada más de pánico por los temores a un contagio de la crisis.