Los países del Europa del Este que aún no pertenecen a la Eurozona expresaron este lunes su malestar ante los debates sobre una reforma de la Unión Monetaria y amenazaron con someter a un referéndum su adhesión a la moneda común.

Durante una reunión en Bruselas, los ministros de Relaciones Exteriores de siete países de Europa del Este (Polonia, República Checa, Hungría, Bulgaria, Rumania, Lituania y Letonia) coincidieron en que “un cambio en la legislación de la zona euro podría cambiar las condiciones de los tratados de adhesión” que los llevaron a unirse a la Unión Europea (UE), según una fuente diplomática.

Una reforma de la Unión Europea los forzaría a “referéndums” para someter a votación una adhesión o no al euro, afirmó.

La reunión de los siete jefes de la diplomacia se mantuvo al margen de un encuentro entre todos los ministros de la Unión Europea.

Estos países se adhirieron a la Unión Europea entre 2004 y 2007 y según el Tratado de Lisboa deberían unirse a los 17 países que componen la Eurozona común si cumplen con las siguientes condiciones: una situación saneada de las finanzas públicas, estabilidad de precios y del tipo de cambio, y convergencia de los tipos de interés a largo plazo.

Además, la legislación nacional sobre asuntos monetarios ha de ser plenamente compatible con los tratados europeos, en lo que respecta en particular a la independencia del banco central nacional.

“No creo que se puedan limitar los debates sobre el futuro de la zona euro únicamente entre los países miembros” de la Eurozona, opinó durante una conferencia de prensa el secretario de las Relaciones Exteriores de Polonia, Mikolaj Dowgielewicz.

“Compartimos una serie de inquietudes, de ideas y es lógico que los países que consideran una adhesión al euro se reúnan”, señaló.

El presidente francés Nicolas Sarkozy y la canciller alemana Angela Merkel propusieron a mediados de agosto la creación de un “auténtico” Gobierno de la Eurozona para garantizar un manejo de las finanzas y una disciplina fiscal común.

En una reunión para tratar la reforma de la gobernanza de la zona euro, los dos mandatarios anunciaron su deseo de que el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, asuma la presidencia estable de esa instancia, cuyo mandato sería de dos años y medio.