Las fuerzas de seguridad mataron a cinco personas el sábado en varias regiones de Siria y un hombre herido el viernes sucumbió a sus heridas, por lo cual el balance de la represión en las últimas 24 horas es de 27 muertos, según una ONG siria.

Tres hombres murieron y otros cinco quedaron heridos en Maarrat Hormé, en la región de Idleb, durante una operación en la que participaron tanques y 50 autobuses que transportaban a miembros de la Seguridad, informaron los Comités Locales de Coordinación (LCC) que animan las manifestaciones contra el régimen.

Por la noche, un civil falleció en la localidad de Kastún, en la región de Hama (centro) por los disparos realizados desde un puesto de control de seguridad, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).

Otro hombre murió en una operación de las fuerzas de seguridad en Homs (centro), donde por otra parte una persona herida el viernes sucumbió a sus heridas, indicaron las fuentes.

Según el OSDH, “esta operación se llevó a cabo para acosar a personas buscadas”. Citando a un militante de la región, agregó que “estaba destinada a acosar al fiscal general de Hama, Adnan el Bakkur” que anunció su dimisión para denunciar la represión del régimen.

El viernes, los manifestantes fueron nuevamente reprimidos a pesar de las crecientes presiones internacionales contra el régimen de Bashar Al Asad, en particular las sanciones de Europa que decretó un embargo sobre las importaciones de petróleo proveniente de Siria.

El viernes, 21 civiles fallecieron por los disparos de las fuerzas de seguridad para dispersar a decenas de miles de manifestantes que desafiaban al régimen.

Nueve manifestantes murieron en la región de Damasco, otros nueve en la provincia de Homs y tres en la de Deir Ezzor (este) indicó la OSDH.

Según la ONU, las violencias en el país han dejado al menos 2.200 muertos desde mediados de marzo, en su mayoría civiles, y según los militantes, más de 10.000 personas han sido detenidas.