El balance por la explosión de una bomba cerca de la sede del gobierno en Oslo y un tiroteo en un campamento de verano laborista aumentó a, al menos, 91 fallecidos, según la policía, que detuvo a un sospechoso de nacionalidad noruega presuntamente implicado en ambos atentados.
“Al menos 80 personas han muerto en el tiroteo” ocurrido en la isla de Utoeya, cerca de Oslo, declaró en la madrugada del sábado a la AFP el portavoz de la policía Are Frykholm, precisando que otras siete personas murieron en la explosión perpetrada cerca de la sede del gobierno.
Esta explosión también causó 9 heridos graves.
La policía ha detenido a un hombre de 32 años, noruego “de pura cepa”, sospechoso de estar implicado en ambos atentados.
Según la televisión TV2, el sospechoso es una persona cercana a movimientos de extrema derecha y tenía dos armas registradas a su nombre, una de ellas un fusil automático, información que no ha sido confirmada por la policía, como tampoco ha confirmado la identidad del detenido.
“No puedo decir nada sobre esta cuestión. Son cosas que las investigaciones deben confirmar”, declaró otro portavoz.
La policía informó el viernes que el detenido vestía una prenda con insignias de la policía cuando fue arrestado en isla, aunque nunca trabajó para las fuerzas de seguridad.
Testigos del tiroteo en la isla de Utoeya explicaron que el individuo que disparó es de tipo nórdico y habla noruego.
Por el momento se desconocen los motivos del doble atentado.
Horas antes, el ministro de Justicia, Knut Storberget, había anunciado la detención de este hombre. “Una persona fue detenida (…) Me informaron que se trata de un noruego”, dijo Storberget en conferencia de prensa.
En esa misma comparecencia, el primer ministro, Jens Stoltenberg, agregó que “es muy temprano para decir quien esta detrás” de este doble atentado.
Según el balance precedente, la policía cifró en 17 los muertos en el doble atentado, aunque ya previno que el número podía aumentar.
La explosión ocurrida en pleno corazón de la capital noruega, en un barrio donde se encuentra la oficina del primer ministro Jens Stoltenberg, que no estaba en ella en ese momento, fue causada por “una o dos bombas”, afirmaron testigos a la policía.
El primer ministro noruego, que tenía previsto participar este sábado en la isla de Utoeya en el mitin laborista donde se produjo el tiroteo, hizo declaraciones a la prensa para mostrar que estaba sano y salvo tras el atentado y calificó la situación de “muy grave”.
“La respuesta a la violencia es más democracia, más humanidad pero menos ingenuidad”, dijo.
“No nos destruirán. Somos una pequeña nación, pero una nación orgullosa. Nadie nos reducirá al silencio por las bombas. Nadie nos reducirá al silencio por las balas. Nadie impedirá a Noruega ser”, agregó.
Al parecer es la primera vez que se comete un atentado con bomba en Noruega, país miembro de la OTAN implicado en las operaciones en Afganistán y Libia.
En las imágenes de las televisiones noruegas podía verse la sede de las oficinas del primer ministro y otros edificios completamente destruidos y las aceras llenas de cristales, así como una humareda y numerosas ambulancias amarillas.
“Hay cristales por todas partes. Es el caos total. Las ventanas de todos los edificios de los alrededores saltaron por los aires”, explicó la periodista de la televisión pública NRK Ingunn Andersen, que inicialmente pensó en un “terremoto”.
Estados Unidos, la Unión Europea, la OTAN y gran parte de los países latinoamericanos condenaron el atentado y transmitieron su pésame y solidaridad a Noruega.