El volcán islandés Grimsvötn continuaba este lunes por la mañana expulsando cenizas que cayeron sobre buena parte de la isla, incluida la capital, Reikiavik, situada a 400 km del cráter.

“El Grimsvötn continúa en actividad y aunque la potencia de la erupción es inferior a la de ayer (domingo) por la mañana, es comparable a la de la pasada noche”, con la nube de ceniza llegando a los 10 km de altura, declaró a la AFP el geofísico Einar Kjartansson, del Instituto Meteorológico islandés.

“La ceniza se ha dispersado sobre buena parte del país. Anoche había cenizas en Reikiavik, pero ya no”, agregó.

Este especialista estimó que la erupción podría durar “una semana o dos”, aunque reconoció que es “imposible” hacer previsiones realistas.

Las últimas erupciones del Grimsvötn, el volcán más activo de Islandia, fueron muy potentes al inicio pero perdieron fuerza rápidamente.

Recordemos que la erupción comenzó el sábado de una manera muy fuerte, con una nube de humo y de ceniza que se elevó a una veintena de kilómetros, pero cayó durante la noche del domingo a alturas de entre 15.000 y 10.000 metros.

Los meteorólogos islandeses aseguraron que los vientos de altura empujarán las cenizas hacia el norte, mientras que en la parte más superficial, la nube se desplazará hacia el sur y el suroeste, depositándose rápidamente en tierra, por lo que decrece la amenaza de que afecte al tráfico aéreo.

La erupción del volcán Grimsvötn provocó el cierre del espacio aéreo de Islandia el domingo, recordando lo ocurrido hace un año, cuando la erupción en abril del Eyjafjöll paralizó el cielo europeo dejando en tierra a millones de viajeros en el mundo.