Una estafa cuya trama bien podría dar para una serie de televisión afectó a un galardonado pianista de jazz estadounidense, quien tras llevar su PC a reparar acabó pagando cerca de 20 millones de dólares en un lapso de 6 años.

Roger Davidson | WSJ

Roger Davidson | WSJ

El hecho tiene como víctima a Roger Davidson, un pianista y compositor de jazz de 58 años, acreedor de un premio Grammy, quien en agosto de 2004 llevó su computador a reparar a una tienda de Westchester, tras percatarse que estaba infectada por un virus.

Sin embargo los dueños del local, Vickram Bedi de 36 años y Helga Invarsdottir de 39, conscientes de la fortuna de Davidson, quien además es heredero de una firma petrolera, lograron convencerlo de que el virus era en realidad la demostración de que él iba a ser víctima de un asesinato ordenado por sacerdotes polacos pertenecientes al Opus Dei.

Según informaron autoridades policiales al WSJ, la pareja le dijo al músico que el virus era tan violento que incluso había dañado los equipos del local. Más aún, le dijeron a Davidson que habían logrado rastrear la fuente del mismo hasta una villa remota en Honduras, hasta la cual habría viajado el tío de Bedi -supuestamente un militar hindú- para recuperar el disco duro con los datos, y donde se habría enterado del plan para asesinarlo.

Ambos timadores le cobraron 160.000 dólares mensuales (casi 80 millones de pesos) durante 6 años por mantener “seguro” su computador, además de otra cantidad no especificada para “proteger” durante las 24 horas a Davidson y su familia.

Vickram Bedi y Helga Invarsdottir | WSJ

Vickram Bedi y Helga Invarsdottir | WSJ

Al momento de la detención, la policía logró incautar una cuenta bancaria por 1.6 millones de dólares a Invarsdottir y otra por 6 millones a Bedi, además de autos, bienes raíces y joyas que en conjunto podrían sumar 20 millones de dólares.

Según explicó el jefe de policía de Harrison, Anthony Marraccini, la pareja fue arrestada cuando hacían los preparativos para huir a Islandia, donde el padre de la mujer es un conocido empresario.

“Los sospechosos tenían aislada a la víctima y básicamente trataban de controlar cada dólar que pasaba por sus manos. Lo hicieron de forma sistemática e infiltrando cada aspecto de su vida en una forma similar al lavado de cerebro”, explicó el oficial.

La estafa fue descubierta cuando se investigaba a la pareja por otro delito, por lo que no se descarta que puedan haber otros casos similares.