La OTAN, muy comprometida en Afganistán, reducirá en los próximos meses sus efectivos en Kosovo a 5.000 hombres, a raíz de la mejora de la situación en el ex territorio serbio, anunció el viernes el secretario general de la Alianza Atlántica, Anders Fogh Rasmussen.

“La OTAN decidió hoy adaptar la presencia de la KFOR en Kosovo”, cuyos efectivos “van a ser reducidos de forma progresiva durante los próximos meses para pasar a unos 5.000 soldados en total”, indicó Rasmussen.

El número actual de soldados de la fuerza internacional KFOR comandada por la OTAN es de “menos de 10.000 soldados”, precisó un portavoz a la AFP.

En su declaración, Rasmussen consideró que “las condiciones de seguridad en Kosovo continúan mejorando” y “se trata de una evolución positiva, no sólo para Kosovo, sino para el conjunto de la región”.

Sin embargo, hace dos semanas Kosovo convocó elecciones anticipadas para el 13 de febrero con el objetivo de solucionar una crisis política provocada por la renuncia del presidente Fatmir Sejdiu.

La crisis cae en mal momento para Pristina, que debería iniciar negociaciones con Serbia bajo los auspicios de la Unión Europea (UE).

Además, a principios de octubre, la KFOR, la policía europea EULEX y la policía kosova habían tenido que reforzar las medidas de seguridad en el norte del territorio, donde las tensiones interétnicas son fuertes.

A pesar de esto, y siempre según Rasmussen, los países de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) juzgaron el viernes que las “instituciones locales” de Kosovo eran “cada vez más capaces de asumir las tareas de seguridad”.

La KFOR está a cargo de la seguridad de Kosovo desde el final del conflicto en ese territorio en 1999, luego de los bombardeos de la OTAN para frenar las represiones a las que eran sometidos los separatistas albaneses por parte de las fuerzas serbias.

La independencia de Kosovo, proclamada en febrero de 2008, fue reconocida hasta el momento por 71 países, entre ellos Estados Unidos y 22 de los 27 miembros de la UE.