El especialista en anticoncepción y académico de la Usach, Horacio Croxatto, difiere de un estudio que efectuaron investigadores de la Universidad de Montreal, Canadá, que reveló que las mujeres que están embarazadas y consumen algún tipo de antidepresivo aumentan el riesgo de sufrir abortos.
Dicho análisis de la universidad canadiense en conjunto con expertos del CHU Ste-Justine, se vieron los casos de más de 5.000 mujeres.
Los expertos canadienses analizaron los datos de 5 mil124 mujeres en Québec. Un porcentaje de estas había sufrido abortos comprobados médicamente, teniendo su feto hasta 20 semanas de gestación al momento de producirse la pérdida. Asimismo, dentro del universo también se consideró a aquellas mujeres que no habían presentado ningún cuadro depresivo durante su embarazo.
El informe publicado en la revista Canadian Medical Association Journal (CMAJ), indicó que 284 mujeres que habían abortado estaban consumiendo fármacos antidepresivos. Los medicamentos en cuestión, serían los inhibidores selectivos para la reabsorción de la serotonina, en especial la paroxetina y la venlafaxina.
Pero Croxatto afirmó que ese trabajo “no cumple con los requisitos metodológicos y, por ello, no permite afirmar que las drogas antidepresivas aumentan el riesgo de aborto espontáneo”.
Croxatto consideró que es probable que las mujeres embarazadas sean más vulnerables ante el consumo de alguna droga, sin embargo, no se puede establecer una causalidad a priori.
“La relación de causalidad que puede haber entre las dos variables y la mayor incidencia de aborto queda de manifiesto, pero el estudio no puede determinar si la causalidad es sólo atribuible a los efectos de la droga o algo que funciona mal en el cuerpo de las mujeres que sufren depresión o a la combinación de ambos factores”, explicó el académico.
En este sentido, Croxatto sugiere el uso de una metodología que aborde las dos variables que esta investigación buscaba enfrentar. Por una parte, las embarazadas con depresión que toman medicamentos; y las que padecen depresión y no consumen fármacos. Para el especialista eso hubiese sido más pertinente y permitiría “establecer si de las dos variables, es el uso de la droga lo que se asocia a mayor incidencia de aborto”.
No obstante, el investigador reconoce que “es posible que una droga interrumpa el embarazo, pues existen algunas que han sido diseñadas específicamente para eso y funcionan muy bien. En Francia, Estados Unidos y China se usa la metacristal para interrumpir el embarazo. De modo que es posible interrumpir el embarazo con una droga”.
“El diseño del estudio canadiense no cumple con los requisitos metodológicos y por ello no permite afirmar que las drogas antidepresivas aumentan el riesgo de aborto espontáneo. Sólo permite concluir que las mujeres embarazadas en las que se asocia la depresión con la ingestión de drogas antidepresivas, tienen mayor riesgo de abortar que las mujeres normales que no toman drogas antidepresivas”, expresó el facultativo.
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