Su tercera Copa de Europa consiguió Inter de Milan, al derrotar esta tarde en Madrid por 2-0 a Bayern Munich en la final de la Champions League.

Un juego que dominó el Bayern Munich, por intermedio del holandés Aarjen Robben, controlador del balón y generador de jugadas de gol para sus compañeros, pero que entre Ivica Olic y Thomas Müller desperdiciaron claras ocasiones para la apertura del tanteador.

El esquema del Inter era esperar y liquidar de contragolpe. Dicho y hecho: Largo saque de Julio Cesar que pivotea el argentino Diego Milito. Éste cedió al holandes Sneijder, que devolvió la gentileza con una gran habilitación para que el trasandino fusilara a Butt y le diera un mazazo al conjunto alemán, que sintió el golpe en los minutos que completaron el primer lapso.

Jugada clave fue el tapadón de Julio César ante un potente remate de Müllet en los 20 segundos del complemento, ya que minó las intenciones de los bávaros por llegar al tanto de la igualdad y marcó la pauta del segundo tiempo: Cargas del Bayern en pos del empate y el contragolpe del Inter, escaso pero dañino para la defensa alemana. Y por aquella vía el once lombardo consiguió el segundo tanto: Eto’o que aguanta el balón, cede a Milito, que se acomodó para derrotar con exquisito toque de pierna derecha al golero Butt.

Con la segunda cifra se terminó el partido como expresión de lucha y sólo restaba dejar que los minutos pasaran para que la escuadra de José Mourinho consiga el trébol: Copa, Liga y Champions y así devolver las glorias europeas obtenidas en las temporadas 1963/64 y 1964/65, cuando Helenio Herrena guió a un elenco que para los hinchas interistas quedó en la historia como “El Gran Inter”, calificativo que muchos ocuparán hoy para el nuevo campeón de Europa.