El juez español Baltasar Garzón se declaró este jueves “tranquilo” ante su posible suspensión cautelar, el viernes, por la justicia española, luego que un magistrado decidiera enjuiciarlo por haber intentado investigar los crímenes del franquismo sin tener competencias para ello.

“Las situaciones complejas no se afrontan con optimismo, se afrontan con tranquilidad, la tranquilidad que da saber que se es inocente”, afirmó el magistrado después de participar en un acto en la Casa de América de Madrid sobre las víctimas judías de la dictadura argentina (1976-1983).

“Si se me acusa, como soy un hombre respetuoso con las instituciones, pues a asumir la decisión de mañana (viernes) y continuar, sin lugar a dudas, ejerciendo esta defensa para que quede absolutamente claro cuál es la situación real (su inocencia)”, afirmó.

El Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), el órgano de gobierno de los jueces españoles, se reúne el viernes en sesión extraordinaria para decidir la eventual suspensión de Garzón después que el juez del Tribunal Supremo, Luciano Varela, ordenara la apertura de juicio oral contra Garzón.

El juicio oral supone las comparecencias de Garzón, querellantes y testigos ante un tribunal, que decidirá sobre las acusaciones contra Garzón.

El magistrado de la Audiencia Nacional será juzgado por prevaricación (dictar una resolución injusta a sabiendas de que lo es, ndlr) por llevar a cabo brevemente en 2008 una investigación sobre los 114.000 desaparecidos de la Guerra Civil española (1936-1939) y los primeros años de la dictadura franquista (1939-1975).

Según los querellantes (dos asociaciones consideradas de extrema derecha), el juez Garzón sabía no tenía competencia para ello e ignoró la ley de Amnistía decretada en 1977 para esos crímenes.

El juez español –que se hizo famoso internacionalmente al ordenar en 1998 la captura, por “genocidio, terrorismo y torturas” del ex gobernante chileno Augusto Pinochet–, ha solicitado su traslado a la Corte Penal Internacional (CPI) como asesor de la fiscalía durante siete meses.

El magistrado se mostró emocionado por el aplauso que le dio el auditorio de la Casa de América y recordó la importancia de la justicia universal para todas las víctimas de dictaduras.

“Eso es lo importante, lo demás, créanme, es coyuntural”, aseguró en referencia a su situación, asegurando que “la vida tiene muchos momentos difíciles e injustos”.