Las autoridades costarricenses decidieron mantener este jueves la alerta amarilla a raíz de la emanación de ceniza y gases del volcán Turrialba, aunque descartan las emisiones de magma o lava de este coloso de 3.326 metros, situado a 40 kilómetros al este de San José.

Los científicos que accedieron este jueves hasta el cráter del volcán “descartan un ascenso del magna o lava, (o una erupción magmática)”, señaló la Comisión Nacional de Emergencias (CNE) en un comunicado.

Esto debido a que “no existen sismos importantes sentidos por la población, la temperatura no ha variado de manera importante y las características de la ceniza indican que no es material nuevo”.

No obstante, los científicos comprobaron que la emanación de ceniza “se mantiene con erupciones de hasta 100 metros de altura”.

El sistema de alerta tiene cuatro niveles, rojo, naranja, amarillo y verde.

Los científicos también descubrieron dos nuevos cráteres que se abrieron en una pared por la que salieron las emisiones de ceniza, según declaró Mauricio Mora, coordinador de la Rede Sismológica Nacional (RSN) de la Universidad de Costa Rica, a la prensa local.

Según Javier Pacheco, de la Universidad Nacional, el comportamiento del volcán es similar a las condiciones que mantenía en los dos últimos años, aunque persiste la “vigilancia permanente para corroborar esa afirmación”.

Ante esta situación, la CNE decidió mantener el estado de alerta amarilla para los cantones de Turrialba, Alvarado y Oreamuno y alerta verde para los cantones de Cartago centro y Paraíso y de San José, La Unión, Desamparados, Goicoechea, Coronado, Moravia, Montes de Oca, Tibás, Curridabat y el cantón central.

Ello implica que está “absolutamente prohibida la permanencia en las áreas declaradas de alto riesgo”, advierte la institución que mantiene un canal de información y suministros permanentes con los centros de operación establecidos en Turrialba y sus alrededores.