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Un estudio desafía la creencia de que los machos dominan socialmente a las hembras en las sociedades de primates. El estudio revela que las hembras pueden ser dominantes en poblaciones donde ejercen un control reproductivo significativo, especialmente en especies monógamas y arbóreas. Por otro lado, los machos suelen ser dominantes en sociedades poligínicas y terrestres. Se destaca que las relaciones de poder entre sexos son variables y que las hembras tienen igual probabilidad de ser dominantes que los machos en la mayoría de las sociedades de primates.
Un estudio que analizó el comportamiento documentado de distintas especies de primates, está contradiciendo la idea de que los machos dominan socialmente a las hembras. Los investigadores proponen que las relaciones de poder entre ambos sexos, en realidad, no están tan claras y que las hembras también pueden dominar.
“Demostramos que las sociedades donde los machos ganan casi todos los encuentros agresivos contra las hembras son, en realidad, poco frecuentes“, recoge el paper, que se publicó en la revista PNAS.
El estudio, hecho por investigadores de la Universidad de Montpellier, el Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva de Leipzig y el Centro Alemán de Primates de Gotinga, encontró que en solo 25 de 151 poblaciones de primates estudiadas (que contemplaron a 121 especies) dominan los machos, en 20 dominaron las hembras y el 106 hubo sesgos sexuales moderados.
¿Las hembras pueden dominar a los machos?
Las hembras, de hecho, pueden ser dominantes en poblaciones donde tienen un control reproductivo sustancial, como ocurre en las especies monógamas, sexualmente monomórficas (cuando machos y hembras son morfológicamente iguales) y arbóreas.
“La dominancia con sesgo femenino también es frecuente en sociedades donde la competencia entre hembras es intensa, como en especies solitarias o que viven en pareja donde las hembras son intolerantes entre sí, así como en especies donde las hembras enfrentan menores costos reproductivos y son filopátricas (que se quedan donde nacieron o regresan para reproducirse en ese mismo lugar)”, explica el estudio.
En el caso de los machos, estos pueden ser dominantes en especies que son poligínicas (cuando un macho se reproduce con varias hembras), dimórficas, terrestres y que viven en grupo, donde la dominancia se basa en la superioridad física.
“En contraste, el empoderamiento femenino depende de estrategias alternativas, como el aprovechamiento del control reproductivo“, señalan los investigadores.
El estudio demostró que las hembras tienen más o menos las mismas probabilidades de ser dominantes que los machos, y que, en la mayoría de las sociedades de primates, no hay diferencias claras de poder entre sexos.
“Nuestro estudio destaca que las relaciones de dominancia masculino-femenina son altamente variables e identifica los rasgos asociados con el surgimiento de la dominancia con sesgo femenino versus masculino en la historia evolutiva de los primates, lo que también puede profundizar nuestra comprensión de los orígenes de los roles de género en las sociedades humanas primitivas”, concluyeron.
Referencia:
Elise Huchard, Peter M. Kappeler, Nikolaos Smit y Dieter Lukas. The evolution of male–female dominance relations in primate societies. Revista PNAS, 2025.



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