El presidente ruso, Vladimir Putin, no viajará a Glasgow para participar en la COP26, la cumbre mundial sobre clima, que comienza el 31 de octubre.
La información fue dada a conocer por el Kremlin, pero garantizando que la cuestión es una “prioridad” para el gobierno.
“Desgraciadamente, Putin no irá tampoco a Glasgow”, dijo su portavoz, Dmitri Peskov, después que el martes anunciara que el presidente no acudiría a la cumbre del G20 en Italia, que se celebra inmediatamente antes de la COP26.
“El problema (del cambio climático) que está en la agenda de Glasgow es sin embargo una de las grandes prioridades de nuestra política exterior”, aseguró Peskov, añadiendo que Rusia sí estaría representada en la COP26, sin dar más precisiones.
Putin anunció a mediados de octubre que Rusia, uno de los grandes contaminadores del mundo, aspiraba a lograr la neutralidad carbono de aquí a 2060.
A principios de octubre, el diario Kommersant había publicado que el gobierno ruso preparaba una nueva estrategia medioambiental con medidas más firmes para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
Según este plan, Moscú pretendería reducir sus emisiones en un 80% de aquí a 2050, sobre todo abandonando el carbón como fuente de electricidad y usando más la energía nuclear.
Pero las preocupaciones medioambientales irrumpieron tarde en el discurso oficial ruso.
Durante mucho tiempo, Putin ha minimizado el papel del humano en el cambio climático.
Solo recientemente se ha mostrado más sensible a la emergencia, sobre todo debido al aumento de las catástrofes naturales en su país, como los incendios.
