El aumento de capital de Ripley Corp realizado en 2011 levantó una pugna en la familia Calderón, que a través de Inversiones R Matriz Limitada y otras sociedades controlan el 53% de la popular firma de retail.

Lo anterior fue concretado por el patriarca, Alberto Calderón, donde incluyó también a sus hijos Andrés, Lázaro y Michel Calderón Volochinsky. Pero dejó fuera a Verónica, con lo cual -de acuerdo a fuentes ligadas a la familia- diluyó su participación en la compañía prácticamente a la mitad.

Tras notar aquello, la única hermana del clan contrató al abogado penalista Juan Pablo Hermosilla, aunque cercanos a sus tres hermanos aseguran que el aumento de capital fue firmado por todos los integrantes de la familia.

“Por única vez hablaré de este tema. Aquí no existe ningún conflicto. Lamentablemente, se está cuestionando una operación que fue impulsada por mí el 2011 y que fue firmada por todos”, dijo Alberto Calderón a Pulso.

Según el diario económico, la demandante se percató de la situación tras revisar el año pasado la memoria de Ripley correspondiente a 2016 -en medio de la fallida fusión de la compañía con la firma mexicana Liverpool-, donde consta que ella posee el 7,9% de la empresa, en desventaja frente a sus tres hermanos, que tiene un 15,03% cada uno.

Todo apunta a que el origen del asunto fue el 25 de marzo de 2011, cuando todos los hermanos efectivamente firmaron el aumento de capital. Pero ella acusa a sus cercanos que ese día sólo firmó un cambio de estatutos societarios, en el que nadie le advirtió que perdería participación.

Pero los hermanos, por su parte, señalan que Verónica está poniendo en entredicho una acción aprobada por su padre. De hecho, fuentes que conocen de cerca la disputa sostienen que el privilegio fue una forma de reconocer la exitosa gestión de los hijos en la compañía, pese al contexto complejo del retail en Chile.