La presidenta de la organización humanitaria argentina Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini, pidió el jueves la cárcel para el ex apoderado de la entidad, acusado de fraude.

“Deben ir a la cárcel para siempre”, dijo Bonafini, en relación al ex apoderado Sergio Schoklender y su hermano Pablo y otro grupo de personas que están sospechadas de haber cometido ilícitos en el manejo de fondos públicos destinados a la construcción de viviendas.

Bonafini se refirió al escándalo por la denuncia de ilícitos en el manejo de dineros del estado en los planes de viviendas de la entidad humanitaria en la habitual ronda que las Madres realizan cada jueves en la Plaza de Mayo, en la que en los comienzos pedían por sus hijos desaparecidos en dictadura (1976/83).

Sergio Schoklender está siendo investigado por presunto lavado de dinero, defraudación a la administración pública y asociación ilícita.

El ex apoderado, que fue separado de su cargo, era el impulsor de la misión Sueños Compartidos, un gigantesco emprendimiento que construye miles de viviendas, así como escuelas y hospitales en barrios pobres.

Bonafini se refirió a los allanamientos que se registraron por orden del juez Norberto Oyarbide en distintas sedes de la Fundación Madres de Plaza de Mayo y dijo que habían colaborado con los procedimientos “porque es el aporte a la causa para condenar a los malditos”.

“No tenemos nada que ocultar”, sostuvo.

En tanto, la dirigenta de izquierda Patricia Walsh manifestó su desacuerdo con la entrega a Bonafini del premio a la Comunicación y los Derechos Humanos de la Facultad de Periodismo de La Plata que lleva el nombre de su padre, el escritor y periodista Rodolfo Walsh.

“No me parece darle este premio a Hebe de Bonafini en un momento como este en el que está transitando por una situación en la que tiene que quedar clara su responsabilidad política en torno al dinero que manejaba Sergio Schoklender”, dijo Walsh a radio Continental.