El 30 de diciembre renunció a su cargo como ministra de Salud la médico cirujano Helia Molina.

Figura de confianza de la presidencia, tuvo que enfrentar momentos complejos durante su gestión como secretaria de Estado.

Algunos de ellos fueron cuando se creyó contar con un contagiado de ébola en la capital, o cuando, posterior al discurso del 21 de mayo pasado, se desató el debate público en torno al aborto.

Y precisamente ese tema fue el que le pasó la cuenta a la ministra Molina.

En declaraciones publicadas por el diario la Segunda, la otrora titular del Minsal comentó la manera en que en el barrio alto se procedía a interrumpir los embarazos.

“Es bien doble estándar, porque en todas las clínicas cuicas, muchas familias conservadoras han hecho abortar a sus hijas. Las personas con más dinero no requieren de leyes, porque tienen los recursos”, dijo Helia, generando una batahola de declaraciones posteriores.

Ante la polémica, pasadas las 20 horas de ese martes de diciembre, el ministro vocero de Gobierno, Álvaro Elizalde, anunció la salida.

“A raíz de la controversia generada por las declaraciones de la ministra de Salud, Helia Molina, debemos informar que ha presentado su renuncia a la presidencia de la República para evitar generar polémicas artificiales que puedan distraer al Gobierno de la significativa tarea de mejorar la salud de todas y todos”, lanzó el ministro.

Este viernes, a 24 días de su dimisión, asumió en la cartera Carmen Castillo, endocrinóloga, cuya postura frente al aborto aún no ha sido conocida.