La vida del joven indio Mihir Jain (14) no ha sido nada de fácil. Debido a un problema de obesidad mórbida siempre tuvo dificultades para asistir a la escuela y relacionarse con personas fuera de su familia. Llegó a pesar 237 kilos y tuvo que someterse a una cirugía.
De acuerdo al medio inglés BBC, Mihir vive con su familia en la ciudad de Nueva Delhi (India). Su dieta diaria consistía en ingerir pastas, papas fritas y pizzas; nada de verduras y frutas.
A esto se suma que su rutina era muy monótona: comer, dormir y ver televisión. Era impensado que se levantara a caminar por la ciudad o se juntara con amigos a pasar el tiempo libre.
El consignado diario inglés añadió que, según un testimonio familiar, Jain tuvo un peso de 2.5 kilos al nacer, pero la situación se volvió problemática en su cumpleaños número cinco, cuando su peso llegó a los 80 kilogramos.
Su madre, Puja Jain, indicó al medio The Mirror que el doctor les indicó que su hijo padecía obesidad mórbida, por lo que, tarde o temprano, tendría que someterse a una operación.
A eso añadió: “Nos dijeron que necesitaba cirugía, pero era muy pequeño para una operación, por lo que le dimos medicina. Ésta tuvo algunos efectos colaterales en él, como pérdida de energía y debilidad en las rodillas”.
Puja sostuvo además que, con el paso de los años, su hijo se acostumbró a estar sentado y acostado todo el día, comiendo gran cantidad de comida alta en grasa. “Así fue adquiriendo más y más peso”, concluyó.
Últimamente, su vida se había vuelto muy complicada con 237 kilos a cuestas. Ya no podía abrir correctamente los ojos y había dejado la escuela porque no podía levantarse de su cama. Ante esta situación, su familia tomó la decisión de someterlo a una cirugía de banda gástrica.
Ésta fue llevada a cabo en abril de 2018 por el médico Pradeep Chowbey, quien indicó a BBC que Mihir llegó en silla de ruedas al hospital de Nueva Delhi. “Pesaba más de 200 kilos y medía 1 metro con 61 centímetros. A esto se suma que sufría de diabetes, tenía problemas de presión sanguínea y dificultades al respirar”, aseveró.
Tras el bypass gástrico, el muchacho perdió 12 kilos de peso, pero lo más difícil venía después, ya que debía dar un giro total de calidad a su dieta y empezar a tomar sopa, jugos, consumir vegetales y frutos. En el pasado quedaron las frituras y carbohidratos.
“Estaba determinado a hacer lo que el doctor sugiriera. Cuando perdí peso por mi mismo me di cuenta y tuve la determinación de seguir adelante. No estaba asustado por la cirugía, quería hacer lo necesario para estar mejor”, afirmó Mihir a The Mirror.
A medida que cambió su dieta fue perdiendo kilos de forma progresiva, salió del hospital con 198 y ahora, en julio de 2018, ha llegado a los 172. Ha disminuído casi un tercio de su peso corporal.
Por el momento, el adolescente lucha día a día para lograr volver al colegio y empezar a hacer una vida acorde a una persona de 14 años de edad.
“Esta fue una gran oportunidad para mí. Cada paso ha tenido un éxito muy grande, primero la cirugía y luego la dieta. Por primera vez, en años, estoy viendo con optimismo el futuro”, finalizó Jain.
