En la mitad de los hogares chilenos se utiliza la violencia física y/o psicológica como método de crianza con los hijos. Así lo revela el estudio “Modelos Culturales de Crianza en Chile: Castigo y Ternura, una mirada desde los Niños y Niñas” realizado conjuntamente entre la ONG World Vision y el Diplomado de Niñez y Políticas Públicas de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Chile.

La encuesta reveló que un 22,7% de los niños ha sido víctima de violencia psicológica en su hogar y un 41,4% admite que vive violencia física. En términos agregados, un 49,9% de las familias del país usa algún tipo de violencia en contra de niños y niñas como método disciplinario de crianza, cifras que reflejan “lo naturalizada que se encuentra la violencia doméstica en el país”, afirma la directora ejecutiva de la organización no gubernamental, Sandra Contreras.

Lo que destaca el estudio es la identificación de seis estilos de crianza en donde la violencia y las conductas ambivalentes cruzan las costumbres de disciplinamiento, castigo y reforzamiento que utilizan los adultos significativos con los niños.

En la búsqueda de los vínculos más poderosos de crianza con sus adultos significativos se devela la figura central de la madre en la crianza de hijos e hijas.

En este sentido, el 69,7% reconoció que es la mamá el adulto significativo que le enseña o corrige con mayor frecuencia y para un 49,3% es ella misma quien los acoge para contenerlos en momentos de tristeza. “Lo preocupante de estos datos es que evidencian un repliegue de la figura del padre en las labores y funciones de disciplinamiento y expresión de afecto, debido a que no son identificados entre los familiares que pasan más tiempo con los niños y niñas en el hogar”, asegura Contreras.

atusaludenlinea.com
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El estudio, en el que participaron 2.456 niños y niñas de 7° y 8° básico de colegios municipales, particulares y particulares subvencionados de las regiones de Antofagasta, Metropolitana, Valparaíso, Biobío y la Araucanía, revela, además, una cifra dolorosa y preocupante: un 13,4% de los niños encuestados admite no recurrir a nadie cuando está triste o tiene un problema.

Otro antecedente clave está referido a la existencia de una relación entre las experiencias de violencia que viven los niños y niñas en la actualidad y su futura reproducción en sus conductas.

En un experimento en el que se los situaba en el escenario hipotético de que ellos fueran padres y tuvieran que responder frente conductas de faltas de respeto o gritos un 46,2% de niños que les gritan a sus padres y reciben como respuesta golpes, reproducirían la misma conducta con sus hijos/as.

Por último, un dato esperanzador y de mucho valor tiene que ver con que el 52,4% de los niños y niñas se perciben con un amplio margen de autonomía en sus decisiones referidas a su identidad, relaciones y uso del tiempo de ocio. Destaca que las niñas se perciben con mayor margen en la toma de decisiones que los niños, y aquellos niños y niñas que viven en las regiones del Biobío y Valparaíso se perciben con mayor margen de decisión que el resto de las regiones.

Es a partir de estos resultados se considera que “necesitamos hacer profundos cambios socioculturales en los entornos institucionales, comunitarios y familiares que habitan niños y niñas. La persistencia del uso de la violencia y el maltrato a niños y niñas está ligado a valores, costumbres y a cambios drásticos en los vínculos de crianza para con ellos y ellas, donde las intervenciones sociales deben reforzar las expresiones de ternura y propender de autonomía de los niños y niñas”, sentenció la directora ejecutiva de World Vision.