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El hallazgo de un cuerpo en la antigua casa de Gustavo Cerati en Buenos Aires impactó a Argentina. Tras ser identificado como Diego, un joven desaparecido en 1984, se reveló que fue asesinado de una puñalada. Aunque Cerati no tiene conexión con el crimen, se investigará cómo el cuerpo llegó a la vivienda. La familia de Diego luchó por años sin respuestas, siendo la única revista que investigó su desaparición.
Hace solo un par de meses, el hallazgo de un cuerpo en una antigua casa del sector de Coghlan en Buenos Aires, donde vivió el vocalista de Soda Stereo, Gustavo Cerati, sorprendió a los medios de Argentina. Al poco tiempo, un análisis forense reveló que la víctima fue asesinada de una puñalada y enterrada.
Los restos, finalmente, fueron identificados. Se trata de un joven de nombre Diego que desapareció el 26 de julio de 1984, cuando tenía 16 años. ¿Qué se sabe de él y qué datos se manejan hasta ahora? ¿Se podrá conocer cómo fue a parar a la casa que en algún momento habitó el músico?
Si te estás preguntando si Gustavo Cerati tuvo algo que ver con la misteriosa muerte, te adelantamos que no tendría conexión alguna. El cantante vivió en la mencionada casa a inicio de los 2000, mientras que el cuerpo, según lo que se sabe, fue escondido en la vivienda en la década de los 80.
Diego, el joven enterrado en casa de Gustavo Cerati
Según lo reportado por Caras, de nuestro medio asociado Perfil, Diego estudiaba en la Escuela Nacional de Educación Técnica N° 36 y vivía en el barrio de Belgrano. Además, que jugaba al futbol en Excursionistas y el propio club se encargó de expresarse sobre lo sucedido.
“El Club Atlético Excursionistas expresa su estupor y tristeza por las noticias acerca de Diego **** *****, quien fuera futbolista de nuestra institución al momento de su desaparición. Enviamos nuestras condolencias y un fuerte abrazo a toda su familia y deseamos que su alma finalmente pueda descansar en paz”, escribieron en sus redes sociales.
Aunque el nombre de Diego se conozca recién ahora, 31 años después, al momento de la desaparición, su familia movió cielo y tierra para que el caso se hiciera conocido y pudieran encontrar ayuda. Los medios, sin embargo, no le dieron voz y poco se pudo saber al respecto.
La única revista que decidió prestarles atención fue “¡Esto!”, que era publicada por el diario Crónica. La entrevista se publicó dos años después de la desaparición, como “investigación exclusiva: los hijos que desaparecen”, y en ella se puede ver que se nombra la teoría de que hubiese sido raptado por una secta.
En el reportaje se puede leer al padre de Diego que denuncia la falta de investigación y la mala predisposición de la policía.
“La Policía dice que tiene tres mil casos iguales. Y fíjese qué absurdo: desde el primer momento lo caratularon ‘fuga de hogar’. Yo protesté y ¿sabe qué me dijeron? Que así estaban impresos los formularios. Me negué a eso, pero como si nada. ¿Qué quiere que investiguen si ya dan por sentado que él se fue, no que me lo robaron?”, dice.
Así fue el último día de Diego
El 26 de julio de 1984, a las 14:00 horas, Diego salió de su casa, sin nada que hiciera sospechar su trágico destino. Volvió colegio al mediodía, almorzó con su mamá y dijo que iba a visitar a un amigo, para luego salir caminando por la puerta. Llevaba un jean azul, chaqueta azul y botas de color café.
La última vez que se lo vio con vida fue algunas horas después, esa misma tarde, a pocas cuadras de su casa. Desde ese momento, nunca más se supo de él.
Cuando cayó la noche, al no tener noticias del caso, sus padres se acercaron a una comisariapara hacer una denuncia que no le aceptaron. Según declararon la mamá y el papá del joven desaparecido, la frase que le respondieron fue “Se fue con una mina. Ya va a volver”.
La familia nunca dejó de buscar a Diego. Mantuvieron el cuarto intacto desde que salió por última vez de su casa y nunca dejaron de tenerlo presente, tanto en esa generación como en las venideras, aunque las autoridades le dieran la espalda.
De hecho, si se llegó a una resolución fue por eso mismo. Un sobrino se enteró del caso del cuerpo que apareció en el jardín de la casa que pertenecía a Gustavo Cerati y sospechó que podría tratarse de su tío.
¿En qué va el caso?
Con el correr de los días y a medida que aparecían nuevos datos, la sospecha pasó a ser certeza. Así se resolvió un misterio que llevaba más de tres décadas sin encontrar un final.
Treinta años después, su madre recibió la noticia de parte de sus otros hijos, que se encargaron de contarle lo que había sucedido y pudo darle un cierre a esa historia tan dolorosa. Su padre no corrió con la misma suerte, ya que falleció en un accidente de tránsito, convencido de que a su pequeño lo había raptado una secta.
El fiscal que tiene a cargo la investigación que intentará reconstruir lo sucedido. Se espera que cite a declarar a quienes habitaban esa casa al momento del crimen, en 1984. Sin embargo, sería difícil que el crimen no esté prescripto.
