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Resumen generado con una herramienta de Inteligencia Artificial desarrollada por BioBioChile y revisado por el autor de este artículo.

Los avances tecnológicos traen consigo dolores de cabeza al intentar ponerse al día con conceptos en inglés como spam, malspam y phishing, nombres de amenazas latentes que ponen en riesgo datos personales, privacidad y dinero. El spam es correo no deseado que busca promocionar productos, mientras el phishing engaña a las víctimas para obtener información confidencial. El malspam busca infectar dispositivos con archivos maliciosos. Es vital diferenciarlos para no caer en trampas cibernéticas y se recomienda no compartir correos indiscriminadamente, crear correos "desechables" y desconfiar de ofertas demasiado buenas para ser verdad. También es crucial verificar la legitimidad de correos y enlaces sospechosos y no proporcionar datos personales a entidades desconocidas.

Los avances en tecnología no solo traen consigo oportunidades para mejorar nuestras vidas, sino que también agregan dolores de cabeza para quienes intentan ponerse al día con las novedades. Ejemplo de ello son el sinfín de conceptos en inglés que las acompañan, como ‘spam’, ‘malspam’ o ‘phishing’.

No obstante, distinto a muchas tendencias de Internet que buscan agregar etiquetas a aspectos que llevan años entre nosotros, en este caso se trata de los nombres de amenazas latentes que pueden poner en riesgo tus datos personales, privacidad y dinero.

En ese sentido, identificarlas y diferenciarlas podría ser de mucha ayuda para entender a qué te enfrentas, de modo que la próxima vez pienses más antes de presionar tu pantalla o dar clic.

Qué es el spam, el malspam y phishing

En el primer caso, nos referimos al correo no deseado, o basura, en las bandejas de entrada de las casillas de correo electrónico, buscando hacer publicidad de un producto o servicio.

Aunque hoy por hoy, esta categorización también aplica a llamadas insistentes que intentan ofrecerte un producto; mensajes de texto; mensajes en redes sociales y más.

El phishing se refiere a una técnica de cibercrimen en el que se engaña a las víctimas para que entreguen información confidencial, como contraseñas, datos bancarios y datos personales. Usualmente, los autores detrás de esta actividad se hacen pasar por organismos, bancos o empresas reconocidas y de confianza para el usuario.

Esta acción la realizan a través de correo electrónico o mensaje, para así tentar a la víctima a completar un formulario falso en el mensaje o adjunto a él, o visitar una página web solicitando la entrada de los detalles de la cuenta o las credenciales de inicio de sesión, explica la empresa ESET en un comunicado.

Por su parte, malspam se denomina a técnicas para intentar infectar tus dispositivos a través de archivos o enlaces maliciosos adjuntos a un correo. Este tipo de correo suele combinarse con técnicas de phishing, ya que su objetivo es ganar la confianza de la víctima haciéndose pasar por una entidad conocida e inducirlo a entregar sus datos personales.

Cuáles son las diferencias entre estos conceptos

Mientras que el spam busca promocionar un producto o servicio, el phishing busca obtener información personal y financiera de sus víctimas. El malspam, en cambio, intenta infectar un dispositivo, tomando el control del equipo.

El phishing suplanta la identidad de una empresa reconocida tratando de engañar a las personas, mientras que el spam puede venir de una empresa que realmente exista.

Además, el spam usualmente redirige a los usuarios a sitios que permitan adquirir el producto o servicio promocionado. En tanto, las campañas de phishing tienen el fin de robar información personal. Por su parte, el malspam contiene archivos maliciosos en formatos PDF, Word, Excel o Zip, al igual que links a sitios falsos o maliciosos.

De la misma forma, los sitios a los cuales redirigen las campañas de spam se encuentran por lo general en sitios web o plataformas gratuitas, mientras que los sitios de phishing se suelen alojar en sitios web legítimos que son vulnerables o en páginas falsas creadas por los propios cibercriminales.

Recomendaciones para abordar mensajes sospechosos

Según indica ESET, un consejo útil es no compartir indiscriminadamente la dirección de correo electrónico en sitios web. Sobre esa misma línea, sugieren crear un correo “desechable”, que sea exclusivo para recibir newsletters o suscripciones.

En el caso de recibir un mail de un remitente conocido, sin previo aviso y con un enlace sospechoso o un archivo descargable, recomiendan consultar a esa persona de manera directa antes de abrirlo. Ahora bien, si proviene de una entidad bancaria o una marca reconocida, sugieren revisar sus canales oficiales para comprobar si se trata de algo legítimo o no.

Respecto a lo anterior, siempre es bueno tener en cuenta que los organismos oficiales nunca piden datos personales.

Por último, advierten que es mejor desconfiar de ofertas o promociones que sean demasiado buenas para ser verdad e implementar una solución de seguridad, cuyo software antispam evite y/o bloquee la apertura o recepción de correos electrónicos no deseados o no solicitados.