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Resumen generado con una herramienta de Inteligencia Artificial desarrollada por BioBioChile y revisado por el autor de este artículo.

Octubre, mes de concientización sobre cáncer de mama, destaca el impacto del linfedema, una inflamación de tejidos por acumulación de líquido, común tras tratamientos de cáncer. Esta afección influye síntomas como inflamación, limitación de movimiento y en casos más extremos, riesgos de elefantiasis. Tratamientos como cirugías y técnicas de microcirugía ofrecen soluciones.

Octubre es el mes mundial de la concientización sobre el cáncer de mama, una enfermedad que puede provocar linfedema tras el inicio de su tratamiento.

De acuerdo a las proyecciones del Observatorio Global del Cáncer (GLOBOCAN), el cáncer de mama cada año afecta a más de 5.000 mujeres en Chile, posicionándola como la primera en incidencia y en mortalidad entre las chilenas.

En aquel contexto existe una condición poco conocida, directamente asociada a sus tratamientos, que también impacta la calidad de vida de quienes lo enfrentan: el linfedema.

Linfedema

Aquel se define como la “inflamación de los tejidos causada por una acumulación de líquido rico en proteínas que generalmente se drena a través del sistema linfático del cuerpo”, explica el sitio especializado en salud Clínica Mayo.

Dicha inflamación afecta con mayor frecuencia los brazos o las piernas, pero también puede ocurrir en la pared torácica, el abdomen, el cuello y los genitales.

Por su parte, esta afección puede provocarse muchas veces tras cirugías por cáncer, extirpación de ganglios linfáticos o radioterapia.

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Sus principales síntomas son la inflamación del brazo y la mano, sensación de peso,
amplitud limitada de movimiento, infecciones recurrentes y endurecimiento y engrosamiento de la piel, explica el sitio de salud.

“El linfedema es una enfermedad poco difundida, pero que requiere atención temprana para detener su progresión y evitar complicaciones graves. En pacientes que han tenido cáncer de mama, aparece como resultado de la interrupción del flujo linfático en asociación a otros factores”, explica el doctor Nicolás Pereira Covarrubias, cirujano plástico de Clínica NEA.

“Hoy contamos con técnicas de supermicrocirugía que permiten ofrecer soluciones reales a quienes lo padecen”, complementa el también primer especialista latinoamericano en recibir el prestigioso premio Werner Spingler Young Microsurgeon Award por su aporte a la microcirugía reconstructiva.

Tratamiento

El linfedema no distingue edad ni tiempo desde el cáncer, ya que puede aparecer meses o incluso años después del tratamiento inicial, y reconocerlo a tiempo puede marcar la diferencia.

Si no se trata, la progresión de la enfermedad puede llegar a la elefantiasis (enfermedad parasitaria que causa una hinchazón severa en las extremidades, senos o genitales debido a la obstrucción del sistema linfático), a empeorar los síntomas e infecciones frecuentes y de mayor severidad.

Linfedema
Linfedema | Imagen de contexto Freepik y Clínica Mayo

Por ello, existen opciones de tratamientos como medicamentos, drenaje linfático manual y vendas de compresión, las cuales son recomendadas por expertos en la afección.

Cirugías

Sumado a ello, también existen cirugías como el trasplante de ganglios linfáticos y la anastomosis linfático-venosa, que permiten restablecer el drenaje y reducir significativamente los síntomas, los cuales realiza el experto.

Esta última se trata de la conexión entre un vaso linfático bloqueado y una vena próxima, formando un bypass para que el líquido linfático drene los tejidos al sistema venoso y aliviar el linfedema.

“El objetivo es devolver a los pacientes la funcionalidad y la normalidad en su vida diaria”, explica el doctor Pereira.

“El cáncer de mama ya es un proceso duro; no es justo que, además, deban convivir con una secuela incapacitante como el linfedema. Por eso es clave educar, diagnosticar a tiempo y poner a disposición estas técnicas”, agrega el especialista.