Aunque puede ser muy práctico cocinar siempre lo mismo, puede ser un problema para nuestra salud intestinal.

Pensar todos los días en qué vas a comer, puede sumar estrés a tu rutina, por lo que muchos optan por cocinar un solo día para toda la semana o bien hacerlo a diario pero decantar por preparar el mismo plato con unas pequeñas variaciones.

La doctora y especialista en fitness, Zoe Williams, indicó en una columna en Huffington Post que muchas veces la rutina puede llevarnos a ser más prácticos y menos conscientes de lo que ingerimos.

“Comer lo mismo todos los días puede ayudar a eliminar el estrés de tener que elegir qué comer. Es una cosa menos en la que pensar. Puede resultar abrumador decidir qué comer tres veces al día mientras estamos inundados de recetas y consejos en las redes sociales y en línea”, afirmó.

“Cumplir con esas comidas básicas puede ayudarnos a evitar cualquier alimentación emocional o inconsciente que pueda llevarnos a tomar decisiones poco saludables” añadió la especialista.

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Pero, ¿qué pasa en tu cuerpo cuando comes lo mismo todos los días?

Comer lo mismo todos los días y sus implicancias en la salud

Williams aseguró que “restringir su dieta puede tener un efecto potencialmente negativo en su salud intestinal, lo que tiene un efecto en cadena en otras áreas de su salud”.

Esto porque puede limitar los nutrientes que consumes, lo que no es bueno para su salud en general. “Nuestros intestinos prosperan con una dieta diversa con una amplia variedad de alimentos vegetales que ayudan a tener un impacto positivo en su microbioma intestinal”, especificó.

La nutricionista Martina Daireaux señaló a Infobae que “en general, el equilibrio es la clave para una buena salud intestinal. Es clave comer todos los días algo diferente porque el cuerpo necesita variedad de nutrientes para una salud equilibrada”.

“Si por ejemplo tenemos cocido en la heladera arroz y fideos, que es lo que la gente más consume por falta de tiempo, no se ingiere ninguna vitamina, minerales y demás nutrientes que aportan las verduras”, expresó.

“Primero y principal, tener siempre limpios en el refrigerador vegetales de todo tipo, de hojas verdes, zanahoria rallada, tomate, además, tener siempre proteínas, como huevos, tofu, soja, pollo, carne y después hidratos de carbono con fibra, por ejemplo, pan integral, arroz yamaní, fideos integrales”, expresó

Haz pequeños cambios

En este sentido, la experta señala que hacer “pequeños cambios en sus comidas favoritas pueden marcar una diferencia real: desde agregar diferentes aderezos de semillas, hierbas o incluso alimentos fermentados y garantizar una variedad de frutas y verduras frescas y coloridas en su dieta, pueden mejorar la salud intestinal”.

“Las verduras de hojas verdes, los tomates, los espárragos y las bayas son excelentes opciones para incorporar a tu dieta diaria. En general, el equilibrio es la clave para una buena salud intestinal”, señaló.

La profesional recomienda incorporar alimentos ricos en fibra, como cereales integrales y legumbres, además de frutas y verduras frescas y coloridas.

“Siempre hago un esfuerzo consciente por incluir mucha fibra en mi dieta. La fibra es un carbohidrato importante, pero que a menudo se pasa por alto: muchos de nosotros no la consumimos en cantidad suficiente. La recomendación es consumir 30g al día. Puede resultar abrumador, pero si cambia del arroz blanco al integral, la pasta y el pan y potencia sus comidas habituales con lentejas, garbanzos o frijoles mixtos, podría estar en el buen camino”, explicó.

También “puedes intentar mezclar tus comidas añadiendo una mezcla diferente de semillas, legumbres, frutas o verduras a tu comida cada día, lo cual es una buena manera de aumentar la variedad de fibra que estás comiendo, y son delicioso también”.

Williams enfatiza que “una dieta variada con una amplia variedad de frutas, verduras, proteínas, cereales integrales, grasas saludables y alimentos fermentados puede ayudar a garantizar que su intestino obtenga los nutrientes que necesita”.