Cedric Lodge, a cargo de la morgue de la Facultad de Medicina de Harvard, habría estado robando y vendiendo partes humanas de cadáveres que eran utilizados por los estudiantes para practicar procedimientos médicos.

Un insólito caso de tráfico de órganos se está investigando en Estados Unidos e involucra a la Universidad de Harvard y una morgue en Arkansas. Resulta que el encargado de la morgue de la Facultad de Medicina de esta prestigiosa universidad, estaría robando y vendiendo partes de cadáveres que eran utilizados con fines de estudio.

Se trata de Cedric Lodge, de 55 años, quien dirigía la morgue del Programa de Regalos Anatómicos de la Facultad de Medicina de Harvard, de acuerdo con el medio Ars Technica.

Los fiscales federales, también incluyeron a otras 6 personas, que presuntamente colaborarían con la misma red de tráfico de órganos. Candace Chapman Scott, de 36 años, que trabajaba en un depósito de cadáveres y crematorio local de Arkansas, también sería una de las figuras clave.

Pero lo que más resaltó del caso, fue que involucrara al empleado de Harvard, una de las universidades más prestigiosas en EE.UU. Los medios recogen que Lodge, habría traficado cabezas, cerebros, piel y huesos.. Asimismo, apuntaron que también pudo haber profanado cadáveres de bebés.

Además, el acusado también incluiría a su esposa, Denise Lodge, de 63 años, que en ocasiones supuestamente recibía los órganos en su casa para venderlos desde allí. Aunque Cedric también habría llevado a los compradores a la Facultad para ofrecer sus “productos”.

Los datos preliminares apuntan a que los compradores venían desde Pensilvania y Massachusetts para concretar el negocio en persona, que habría estado activo desde 2018 al 2021, aproximadamente, detalla BBC.

Órganos y partes del cuerpo robados desde la morgue de Harvard

Resulta que los estudiantes de medicina en Harvard utilizan cuerpos donados como objetos de estudio para practicar procedimientos médicos, de acuerdo a lo que explica el medio citado.

Posteriormente, los cadáveres eran incinerados y sus restos regresaban con sus familias o eran enterrados en el cementerio médico de la universidad. Sin embargo, los fiscales federales acusan que los Lodge, habrían interferido en esta parte.

Cedric y su esposa Denisse, presuntamente recolectaban y vendían parte de estos cadáveres. “En ocasiones, Cedric Lodge permitió que (otros) ingresaran a la morgue de la Facultad de Medicina de Harvard y examinaran cadáveres para elegir qué comprar”, dice un comunicado de la Oficina del Fiscal Federal, según BBC.

“Es particularmente atroz que tantas de las víctimas aquí se hayan ofrecido como voluntarias para permitir que sus restos se usen para educar a los profesionales médicos y promover los intereses de la ciencia y la curación. Que se aprovechen de ellos y sus familias en nombre de las ganancias es espantoso. Con estos cargos, buscamos asegurar cierta medida de justicia para todas estas víctimas”, comentó el Fiscal Federal, Gerard Karam.

Katrina MacLean, la compradora que usaba partes humanas para hacer “arte”

La acusación, también expone a una de las compradoras de Lodge, Katrina MacLean, de 44 años, que presuntamente habría estado utilizando partes de los cadáveres para sus creaciones “artísticas”.

MacLean, tenía perfiles en Instagram y Facebook llamados “Kat’s Creepy Creations”, donde posteaba imágenes de cráneos humanos y “muñecos morbosos”, de acuerdo con Ars Technica, aunque estas ya fueron eliminadas de redes sociales.

Según las investigaciones, en sus perfiles la mujer había escrito “soy un artista del horror, lo macabro, las rarezas y todo lo espeluznante. Me encanta crear cosas que impacten”.

El reporte presentado por la Fiscalía, dice que esta compradora hacía pagos por Paypal, de los cuales encontraron al menos 39 que superaron los 37 mil dólares.

Además, cuando realizaba las transacciones, en el asunto del pago escribió cosas como “cabeza número 7” o “braiiiiiins”, que quiere decir “cerebros” en español.

El caso continúa investigándose y de ser declarados culpables, los acusados arriesgan hasta 15 años de cárcel. Mientras que desde Harvard manifestaron no tener conocimiento de esto y están colaborando con el caso.