Las várices son un problema muy común entre las mujeres. Suelen aparecer después de los 40 años, pero existen excepciones donde se pueden presentar incluso antes de los 30.

Estas várices son venas hinchadas y retorcidas que pueden verse justo debajo de la piel. Por lo general ocurren en las piernas, pero también se pueden formar en otras partes del cuerpo. Las hemorroides son un tipo de vena varicosa.

Aparecen cuando las venas se dilatan más de lo normal como consecuencia de estar demasiado tiempo de pie en la misma postura, según explica la revista Women’s Health.

Várices
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Sin embargo, cuando aparecen en mujeres jóvenes es porque “las paredes de nuestras venas están débiles o dañadas, de ahí que lo más habitual es que se formen cuando la presión sanguínea aumenta dentro de las venas2, señala la revista entes mencionada.

Algunas de las cosas que contribuyen a una temprana aparición de várices incluyen el sobrepeso, sedentarismo, embarazo, así como también la predisposición genética. Pese a lo anterior, pueden ocurrir por otra causa: problemas derivados del “retorno venoso”.

Esto ocurre cuando las válvulas unidireccionales de las venas se abren y cierran para hacer circular la sangre hacia el corazón y se debilitan, generando una acumulación de sangre influyendo directamente en el sentido de la circulación, generando una especie de “reflujo sanguíneo”.

La postura juega un rol fundamental en la formación de las várices, ya que el pasar demasiado tiempo sentada o de pie, “puede afectar el sistema circulatorio antes de tiempo”.

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El doctor Cristián Salas, cirujano vascular de Clínica Las Condes, explica en un comunicado que “si bien en un comienzo pueden tener un impacto más bien estético, hay que tener en cuenta que la presencia de várices es progresiva y con el tiempo va ocasionando incomodidad en los pacientes, pudiendo incluso, generar problemas serios de salud como flebitis (inflamación y trombosis de una vena) o varicorragia (hemorragia por ruptura de una vena varicosa)”.

De acuerdo al especialista, las várices son crónicas, por lo que los tratamientos van dirigidos a disminuir molestias y complicaciones. “No remiten ni mejoran por sí solas, ya que se vencieron las fibras elásticas de la pared de las venas”.

Hay que recordar que en la mayoría de los casos su aparición se remite a la genética, por lo que una buena forma de mantenerlas lejos es realizar deporte, ya que ejercitarse durante varios días a la semana ayuda a que el sistema circulatorio funcione correctamente.

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Para quienes ya las padecen, lo aconsejable es visitar a un médico vascular que pueda ayudar con el tratamiento adecuado, el cual puede incluir cirugía para extraerlas o también “suelen recomendarse medias de comprensión que ayudan a favorecer el retorno sanguíneo”, indica Women’s Health.

Los baños de agua fría, poner las piernas en alto y evitar el uso de ropa apretada, pueden disminuir los síntomas de pesadez en las piernas que se asocian con la aparición de várices.