Un nuevo estudio internacional abordó las medidas tomadas en Chile para enfrentar el tema de la obesidad infantil, señalando que países, como el Reino Unido, podrían imitar algunas de estas políticas.
Pese a esto, el trabajo agrega que el impacto de la covid-19 se ha relacionado con un mayor aumento en los casos de obesidad infantil en nuestro país.
Se trata de una investigación titulada “Abordar la obesidad infantil a raíz del covid-19: lecciones de Chile”, la cual fue publicada en la revista médica inglesa British Medical Journal.
Rosemarie R Patterson, del Departamento de Atención Primaria y Salud Pública del Brighton and Sussex Medical School y autora del paper, indicó que la respuesta chilena frente a la obesidad infantil “ofrece un ejemplo de intervenciones de salud pública que abordan factores estructurales”.
En ese sentido, explica, el crecimiento económico que ha vivido nuestro país en las últimas dos décadas ha permitido una mayor producción, disponibilidad y publicidad de alimentos ricos en energía.
De esta manera, las tasas de obesidad infantil se han duplicado en el periodo mencionado, registrándose un 60,1% de niños con sobrepeso entre los 10 y 11 años durante 2018. En el mismo año, en el Reino Unido la tasa llegó al 35,2%.
Los investigadores hacen referencia a las medidas adoptadas por las autoridades en Chile, incluyendo la ley de etiquetado. Fue en 2016 cuando los sellos “Alto en calorías”, “Alto en azúcares”, “Alto en grasas saturadas” y “Alto en sodio” se convirtieron en una obligación para la industria.
Posteriormente, toda publicidad de alimentos con sellos debió comenzar a incorporar el mensaje: “Prefiera alimentos con menos sellos de advertencia”.
En la misma línea, Patterson destacó que los alimentos con etiquetas de advertencia no pueden ser comercializados en escuelas ni tampoco con juguetes promocionales, como era la tendencia anteriormente.
“Las campañas en los medios de comunicación de masas ampliamente implementadas han ayudado a educar a los espectadores sobre opciones de vida saludables”, puntualizó, añadiendo que se ha ejercido presión sobre la industria para que modifique la producción y mejore la calidad nutricional de los productos.
“Estos enfoques intervencionistas dieron como resultado una reducción de las ventas de alimentos no saludables y una mayor participación del público en la elección de alternativas más saludables”, enfatiza.
No obstante, remarca, pese a los esfuerzos, la pandemia ha provocado un alza en la obesidad infantil en nuestro país, por lo que plantea que el “gobierno debe ir más allá”.
“Actualmente no hay requisitos para que la comida etiquetada tenga un costo más alto”, puntualiza, indicando además que la comida rápida está excluida de las restricciones.
Por su parte, señala que las actividades de educación física “se han visto menospreciadas al reducirlas sólo a un deber municipal”.
“Las leyes se centran en las ventas, en vez de abordar los problemas socioeconómicos de base que resultan en pobreza y un bajo nivel educativo”, destaca. “A pesar de estas limitaciones, hay mucho que el gobierno del Reino Unido puede aprender de Chile sobre cómo abordar la obesidad infantil”, concluye.
De acuerdo al Instituto de Políticas Públicas en Salud (IPSUSS), la prevalencia de obesidad en escolares aumentó de 23,5% a 25,4%, entre 2019 y 2020, siendo lo más preocupante el incremento de la obesidad severa. “Esta alza en los indicadores se atribuye al efecto de la pandemia de covid-19”, remarca en su sitio oficial.
En la misma línea, el Mapa Nutricional de la JUNAEB 2020 arrojó un aumento sin precedentes de la obesidad en escolares, atribuible -entre otros factores- a la pandemia.
Dichos datos fueron tomados durante 2020, en plena pandemia, entre 8.440 establecimientos, lográndose un total de 736.369 encuestas válidas.