En un país donde la salud es un derecho fundamental, la realidad de 17.500 pacientes oncológicos en espera, tanto dentro como fuera del sistema de Garantías Explícitas en Salud (GES), es un reflejo de una crisis que no podemos seguir ignorando.

La reciente eliminación de 300 mil interconsultas en el Hospital Sótero del Río no solo exacerba esta problemática, sino que también representa una grave vulneración de los derechos de los pacientes, poniendo en riesgo la salud y la vida de miles de chilenos que dependen del sistema público de salud.

Un sistema insuficiente

El sistema GES, implementado para garantizar la atención oportuna y de calidad en patologías específicas, ha demostrado ser insuficiente. Las listas de espera han crecido de manera alarmante y para quienes enfrentan un diagnóstico de cáncer, el tiempo es un enemigo mortal.

Cada día de retraso en la atención puede significar la diferencia entre la vida y la muerte. En este sentido, no podemos olvidar a las 44 mil personas que fallecieron en 2022 mientras estaban en una lista de espera.

Esta situación no es solo un problema de gestión hospitalaria, sino un reflejo de una política de salud pública que falla en su misión más básica: proteger la vida y el bienestar de sus ciudadanos.

Financiamiento del Registro Nacional del Cáncer

Como sociedad civil creemos imperativo manifestar nuestra indignación, exigiendo respuestas claras y acciones concretas por parte de las autoridades, demandando: transparencia, reevaluación de las políticas de salud, aumento de recursos, actualización del listado de medicamentos aprobados por la Comisión de Drogas de Alto Costo (DAC), mayor equidad de acceso a especialistas y tratamientos en regiones, además de poner de una vez por todas en funcionamiento el Registro Nacional del Cáncer.

Es una oportunidad para recordar a las autoridades que detrás de cada número en la lista de espera hay una persona, una vida que importa. Es una exigencia de justicia, dignidad y respeto para todos los pacientes oncológicos y para todos aquellos que confían en el sistema público de salud.

En un país que se enorgullece de su solidaridad y su compromiso con los derechos humanos, no podemos permitir que nuestros conciudadanos sean abandonados en su momento de mayor vulnerabilidad.

La salud en nuestro país no puede ser un privilegio; debe ser un derecho garantizado para todos, sin excepción. Es hora de levantar nuestras voces y marchar juntos por un sistema de salud que realmente nos proteja y nos cuide a todos.

Víctor Hugo Flores, La Voz de Los Pacientes
Alicia Aravena, Observatorio del Cáncer
Francisco Vidangossy, Cáncer Vida

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