Desde hace algún tiempo venimos escuchando acerca del Metaverso y sus implicancias para el mundo de la educación escolar. El metaverso es un espacio virtual, recreacional, en donde las personas podemos identificarnos, compartir y recrear experiencias que imitan la vida real.

Se plantea que su importancia es tal que cambiaría definitivamente la forma en que vivimos, el modo en que viajamos e incluso, cómo nos relacionamos. Según Mark Zuckerberg, “la próxima plataforma y medio será una Internet aún más inmersiva y encarnada en la que estás en la experiencia, no solo mirándola, y a esto lo llamamos el metaverso”.

Tan poderosa podría ser esta fusión entre lo digital y lo offline, que, en materia educativa, podría ser una suerte de apoyo ante nuevos desafíos como los que vivimos durante los años 2020 y 2021 en medio de la pandemia por covid-19.

En marzo, durante el Webinar: “Impacto del covid-19 en la educación superior”, organizado por la UNESCO, expertos señalaron que hoy los niños pasan diariamente entre 2 a 3 horas inmersos en el metaverso; y que al año 2030 veremos los primeros formatos de aprendizaje formal al interior de estos espacios. Estos avances impactarán a todo el sector educativo, hacia modelos personalizados y con plataformas que adaptarán los contenidos en tiempo real al estilo y ritmo de aprendizaje de las niñas y niños.

De esta forma, el metaverso podría complementar la experiencia educativa y así los estudiantes podrían conocer museos de todas partes del mundo, asistir a clases en otros países, ver una filarmónica con su curso o bien quedarse en casa sin tener que retrasarse en sus asignaturas, democratizando accesos y acortando brechas socioculturales.

Ahora bien, debido a su naturaleza digital, las acciones en un escenario como el metaverso se traducen en datos personales, biométricos, financieros e incluso emocionales, por lo que también surgen preocupaciones sobre su seguridad, confidencialidad y propiedad intelectual. Este quizás es uno de los grandes desafíos que se nos presentan en materia de ciudadanía digital.

Conocer hoy los alcances y límites presentes y futuros del metaverso nos permitirán a familias, profesores y estudiantes sumergirnos en esta tendencia, reflexionar y conversar acerca de los límites que significa y en ese sentido avanzar en la formación de ciudadanía digital de cara a los desafíos tecnológicos que ya estamos viviendo.

Catalina Araya, directora de Educación de Fundación País Digital (FPD).

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